XXXVII

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—Me advirtieron que así moriría, ¿Sabes? —Dijo el anciano, riendo y tociendo—. Alguna vez fuí como tú, un joven prometedor, una hermosa línea en blanco

El muchacho sostenía un cuchillo, temblando de las ansias de usarlo. El viento besaba sus atractivas facciones.

—Te pasará lo mismo, niño —Continuó el anciano—. Y recordarás este suceso con la misma ironía con la que yo recuerdo mi gran momento de gloria

El muchacho ya no pudo reprimirse y lo atacó como una bestia, enterrando el cujillo frenéticamente en el pecho del anciano.

—Te pasará lo mismo, te pasará lo mismo —Repetía el anciano entre carcajadas, mientras moría poco a poco tirado en el suelo.

El Año Nuevo limpió su cuchillo el cual aún conservaba la sangre de doce puñaladas.

Se alejó perturbado, mientras las palabras del Año Viejo retumbaban en su cabeza.

𝕮𝐮𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝕸𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨𝐬.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora