Muñeca De Trapo [Reylo]

Capítulo XXVI

Star Wars y sus personajes no son propiedad mía sino de Disney aka Lucas Films, lo único de mi intelecto es la historia aquí presentada.

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— Cuando estaba haciendo el retrato, sentía que faltaba algo a lado de la mujer además de las pinturas, en mi sueño descubrí que era una niña observando a su madre... Y esa niña era yo.

Rey estaba hablando pausado a causa de las lágrimas que querían desbordarse, no sentía que le habían servido de mucho las meditaciones, pero de alguna forma algo se desbloqueó dentro de ella, e inconscientemente había pintado algo de sus recuerdos, a su madre antes de dejarla con Obi-Wan Kenobi.

Thane, algo ebrio y Ciena la escuchaban con detenimiento, pasando sus miradas entre ella y la pintura, al parecer había recordado por qué su madre la había dejado con el señor Kenobi, además de que memorizó ciertas cosas que posiblemente pudiesen ayudar a descubrir a su verdadera familia, no sólo las descripciones, sino que en su pintura había dibujado parte de la fachada de una casa, así que aunque fuese difícil, tendría la oportunidad de buscar una casa con esas características.

Ciena asentía serena, aunque su sonrisa le decía que estaba feliz, con Thane era difícil leer su expresión, pero no estaba molesto, así que era una buena señal.

— Bueno, creo que debemos de colgar esto — Concluyó Thane, pasaban horas de la media noche, pero había tenido la consideración de tomar el cuadro que estaba haciendo Rey en el granero para llevarla a su estudio y poder hablar con más privacidad. — Tenemos una guerra próxima, pero nos aseguraremos que todos nuestros conocidos vean la pintura a ver si reconocen algo.

Rey asintió, estaba demasiado conmocionada, al fin había recordado algo de su pasado, y, aunque tuviese más preguntas que respuestas, se sentía feliz porque al fin se sentía que pertenecía a algún lugar, siempre había pertenecido al cuidado de los Skywalker, pero al fin, esa imagen en la pintura le decía que había tenido una casa donde había crecido con una madre.

Y aunque seguramente estuviese muerta y por eso no regresó por ella, se sentía parcialmente bien, su madre había buscado a su padre para darle una imagen, había actuado por ella y lo valoraba, ahora sólo le gustaría poder recordar su rostro, y descubrir donde estuviesen sus tumbas para poder honrarlos como deberían. Había tristeza en su corazón, pero siempre la había, así que ahora que sabía la verdad, un sentimiento reconfortante la embargaba.

Sentía que podía cerrar al fin un ciclo en su vida, tenía muchos, pero su familia era lo más importante desde que era una niña.

Thane tomó el cuadro y lo llevó al pasillo donde estaban todas las pinturas y las fotografías familiares, el pasillo estaba repleto, así que cuando llevó la imagen se quedó mirando a la pared analizando como la podría acomodar.

— Quita las pinturas de Dalven, no sé porque aún las tenemos ahí. — Dijo Ciena con algo de desdén al ver como el hombre parecía luchar en su mente.

— Ah, si — Respondió su esposo mientras ella rodeaba los ojos, Rey conocía la personalidad fuerte de Ciena, pero podía distinguir un rencor en su voz.

Thane entonces empezó a recorrer el pasillo, Rey se le quedó mirando, pero se sorprendió cuando vio como quitaba la foto individual que había observado con Jessika horas atrás.

Ciena estaba desviando la mirada, el cuadro del joven se cayó al piso por torpeza de Thane pero aun así ella no lo recogió. Rey entonces se acercó para recogerlo, y cuando lo vio, no entendió lo dicho por Ciena momento atrás.

— ¿El señor Luke también se llama Dalven? — Preguntó inocente, y ambos adultos se enfocaron en ella, como si le hubiese salido una segunda cabeza.