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Llegó a su mesa con cansancio, dejándose caer sobre la silla. Las hebras marrones que conformaban su flequillo estaban pegadas a su frente. Las retiró con cuidado mientras trataba de acompasar su respiración. De nuevo se había sentido perseguido en esos silenciosos pasillos. Suspiró. Sabía que no estaba loco, pero aquella extraña sensación de ser observado constantemente comenzaba a ser tradición.

Abrió los ojos una vez se sintió más tranquilo. Un suave murmullo comenzaba a colarse en el aula. Sus compañeros estarían a punto de llegar. La campana que avisaba la entrada a clases sonaría en cualquier momento. Tomó sus cosas con cuidado, organizándolas a la perfección. Su mejor amigo, Renjun, siempre le decía que debía tener alguna clase de trastorno obsesivo-compulsivo.

Cuando abrió el libro de literatura, justo por la página que les tocaba aquel día, había una pequeña tarjeta en un color malva muy suave, con la grafía brillando en un delicado tono oro. Acarició la tarjeta con el ceño fruncido. No recordaba haber guardado nada allí. Tampoco había visto antes ese singular trozo de papel. Revisó que el libro fuera suyo. Quizás se había llevado el libro de Renjun por equivocación. Pero no era así. Su nombre estaba pulcramente escrito en la primera página, manifestando su propiedad sobre el objeto.

Jugó con la tarjeta en su mano antes de leerla. Le daba curiosidad saber cómo habría llegado a su libro. Él nunca dejaba su mochila sin vigilancia. La llevaba a todas partes.

- ¡Na Jaemin! - escuchó la voz de su mejor amigo - Te dije que me esperases. Parecía un tonto buscando por ti.

- Lo siento, me dejaste solo - susurró con una pequeña sonrisa.

Renjun se encogió de hombros mientras caminaba con alegría hacia su asiento. Él entraría perfectamente en la categoría de nerd, si le preguntasen. Le gustaba ir al instituto, le encantaba aprender cosas nuevas. Siempre buscando formas de llevar su conocimiento un paso más allá.

Observó a Jaemin unos segundos, antes de acercar su mano para recolocar los húmedos mechones del contrario.

- Así estás más lindo.

Intercambiaron sonrisas antes de que Renjun comenzase a sacar sus materiales. Aunque se detuvo en seco cuando al separar un par de cuadernos, una nota grisácea cayó al suelo. Frunció el ceño antes de agacharse y recogerla. Tenía un símbolo que reconocía a la perfección. Lo había visto un par de veces en la biblioteca. Había algunos libros que tenían aquel símbolo acompañado de pequeñas notas. A veces eran nombres, otras eran frases sin sentido.

Quizás por fin fuera a conocer a aquellos vándalos que destruían el material de todos.

- ¿Tú también?

- ¿Yo también qué? - preguntó, antes de poder leer lo que decía la nota.

Jaemin levantó su respectiva nota de color malva, que había quedado olvidada en su mano ante la llegada de su amigo.

- ¿Sabes de qué se trata? - negó - ¿No la has leído? - volvió a recibir una negación - Eres de lo que no hay - se burló -. "Huang Renjun - leyó en voz alta -, le invitamos a que asista este viernes a las 18:00 a la academia de baile que queda frente a la escuela. Por favor, no hable acerca de esta invitación y no investigue. No tendría gracia si descubre lo que pasa antes del viernes, ¿no cree? Lo esperamos, nct group." - finalizó. Sostuvo su mirada en la nota, como buscando algo más allá de lo escrito - ¿Qué pone en la tuya?

Jaemin se encogió de hombros mientras leía por encima.

- Que me presente el viernes a las seis en la academia y que se asegurarán de que vaya - resumió -. Bueno, y un pequeño mensaje de que no estoy loco.

- ¿Loco?

- Creía que alguien me perseguía. Supongo que me están confirmando que lo hacían.

- ¿Irás?

Jaemin se encogió de hombros. No creía que tuviera otra opción. Además, deseaba que lo dejasen de seguir. No se sentía incómodo con esa realidad, en estos momentos. Solo rezaba por no estar metiéndose en algo peor.

Aunque teniendo a Renjun a su lado, ¿qué podría salir mal?

The couples game [NoMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora