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Todos felicitaron a la pareja y celebraron por horas. Poco a poco se fueron retirando hasta que solo quedaban los Uchiha.

Haru estaba dormido en uno de los sofá, y la pequeña Kioko en otro, que había sido rodeada por cojines para que no rodara.
En la misma sala platicaban Rin, Óbito, Kakashi e Iruka.

— Se comieron la torta antes del recreo— bromeó Óbito.

— ¿Por?

— Aún no están casados.

— Ustedes también se comieron la torta antes del recreo idiota. ¡Y tenían veintitrés!— replicó el peliplata irónico.

— Bueno, todo fue su culpa— el azabache señaló a su esposa.

Rin rodó los ojos y suspiró con una sonrisa en el rostro.

— ¿Y la mía por qué?

— Me sedujiste con esa cara bonita, obviamente yo fui la víctima de tu belleza.

— Tonto.

— Bueeeno, volviendo a ustedes dos— dijo el pelinegro señalando a sus amigos— ¿Cuándo van a casarse?

— Después del parto, supongo— contestó el castaño.

— ¿Por?

— No quiero casarme gordo.

Kakashi sonrió y besó la mejilla de su prometido.

— Jamás creí que formarías una familia Kakashi, te veía solo con mil gatos.

— Pudrete Óbito.

Todos rieron y finalmente se dispusieron a retirarse. Haru adormilado se despidió de sus tíos mientras Óbito lo cargaba, y Rin cargaba a Kioko.

La familia se fue y la pareja se quedó sola.

— A dormir cariño, que te indicaron al menos ocho horas de descanso— habló el alfa.

Se dirigieron a su habitación y solo se cambiaron la ropa por pijama, y Kakashi fue al baño a limpiar sus bolsas.

Volvió con la silla e Iruka lo ayudó a pasarse a la cama.

— Descansa Iru. Te amo mi vida.

— Te amo más, hasta mañana.

Se acurrucaron y durmieron juntos.

La semana se fue rápido y en menos de lo que esperaban llegó el día de la cirugía.

Aquel día estaban ingresando a Kakashi, estaría un par de horas en una habitación en lo que el quirófano estaba listo.

Iruka estaba a su lado sentado en un sofá, mientras solo se miraban a los ojos fijamente.

— Te amo.

— Te amo.

— ¿Tienes miedo?— preguntó el omega apretando una de las manos de su novio.

— Me da miedo que la cirugía no tenga ningún resultado. De cierta forma me he ilusionado a que mi vida volverá a ser la de antes, y no sé qué haré si al final no es así.

— Yo estaré apoyándote en todo. Yo y nuestro bebé.

— No necesito nada más.

Ambos sonrieron tontamente y se besaron.

— Eres lo mejor que me ha pasado Kakashi.

— Y tú a mí bebé. Te amo como nadie tuvo, tiene o tendrá idea.

EclipseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora