Tres meses después...
La vida de ambos había regresado a la normalidad.
Tras tres meses en fisioterapia Kakashi volvía a caminar, aunque a veces se apoyaba de un bastón, y aún le era cansado mantenerse en pie una gran cantidad de tiempo. El alfa había vuelto a trabajar, solo daba consultas o hacia cirugías muy sencillas puesto que en quirófano usualmente las cirugías demoraban horas y horas y el aún no podía cumplir con eso.Iruka por su parte estaba en el séptimo mes de gestación, el más peligroso según su doctora.
Su vientre había crecido considerablemente pero según la doctora su panza era chiquita a comparación de otros embarazos que ella había atendido. El omega permanecía en casa todo el día, justo como ahora que estaba terminando de cocinar.El castaño probó un poco del estofado que estaba haciendo y sonrió al sentir el delicioso sabor de lo que estaba preparando, apagó la estufa y se fue hacia la barra para picar unas verduras para la ensalada.
Sin percibir un ruido antes, unos brazos fuertes le rodearon por detrás y un beso fue depositado en su nuca.
— Llegué amor.
— Hola cariño.
Iruka se giró y le plantó un beso a Kakashi mientras lo abrazaba por el cuello.
— ¿Cómo te fue hoy?— cuestionó el omega separándose del alfa.
— Bien. Algo cansado. ¿Y tú? ¿Kai pateó mucho?
El peliplata se agachó y besó el vientre de su pareja, y después se incorporó de nuevo.
— Todo en orden, solo que me duelen un poco los pies.
— Terminando aquí te daré un masaje.
— Bueno.
Se sonrieron y volvieron a besarse.
Comieron juntos y al terminar Kakashi recogió la cocina.
Iruka fue a su dormitorio a descansar un poco, últimamente le daba mucho sueño y tomaba al menos una siesta al día.
— ¿Vas a dormir?— preguntó Hatake apoyado en el marco de la puerta.
El castaño se encogió de hombros y le extendió los brazos al alfa para que se recostara con el.
Kakashi se sentó en el borde de la cama y destapó los pies de Iruka para comenzar a masajearlos.
— Dios... sí así— jadeó el omega por el buen masaje.
— Sh, sí sigues haciendo esos ruidos vas a ocasionar otra cosa.
— Tonto.
Rieron y Kakashi por fin se recostó a su lado y lo abrazó.
— Te amo Iruka.
— Te amo Kakashi, mucho.
— Vamos a dormir bebé.
El omega se aferró al cuerpo ajeno y olfateó el cuello de su prometido hasta que aquel aroma lo relajara lo suficiente para dormir.
Ese día más tarde Iruka recibió un mensaje de texto de un número desconocido, era una imagen de alguien acostado, solo se le podía ver un hombro y parte del pecho.
"Número equivocado" pensó e ignoró aquello.
Al día siguiente se repitió. Volvieron a enviarle una foto de alguien durmiendo, solo se le veía la espalda desnuda. De nuevo lo ignoró.
Horas después la tía Yoko iría a visitarlos por lo que Iruka había tomado un baño y estaba cepillando su cabello frente al espejo cuando las hormonas decidieron atacar.
Su autoestima se había ido al suelo en un segundo y comenzó a llorar. Kakashi que iba saliendo de la regadera se acercó a él rápidamente y con un semblante preocupado.
— ¿Qué ocurre amor? ¿Te duele algo?
— ¡Estoy horrible!
— ¿Eh?
— Solo estás conmigo por lástima.
— ¿Qué cosas dices?
Kakashi sonrió y tomó de la mano al omega para guiarlo frente al espejo de nuevo.
— ¿Qué ves?— preguntó el alfa colocándose tras de él.
— A mi.
— Yo veo a la persona más perfecta en el mundo.
Iruka se sonrojó.
— Tienes unos ojos preciosos que quisiera que me miraran todo el día. Me podría perder en ellos— susurró el alfa a sus espaldas.
Dicho eso el peliplata repartió un beso en los párpados de Iruka.
— ¿Con qué sigo? Iré de arriba a abajo. Así que tú cabello. Me encanta y lo sabes, si algún día te lo cortas yo me corto la mano te lo juro.
El castaño rió y se encogió de hombros, Kakashi depositó un beso en su coronilla.
— Tus laaaaabios. Podría besarte todo el día, son deliciosos.
Le plantó un beso en los labios.
— ¿Quieres que siga?— preguntó el alfa con una sonrisa ladina — Porque a partir de aquí se puede poner pervertido el asunto.
— Podemos seguir después de que venga tu tía.
— Hecho. Solo recuerda que eres precioso y que te amo.
— Y yo a ti.
Un rato después la mujer de cabello negro llegó a su casa.
— ¡Hola chicoooos!
Los abrazó a ambos y después reparó en tocar la barriga del omega.
— Cada vez crece más, en dos meses conoceremos a Kai— chilló emocionada.
Kakashi asintió sonriente y su omega también.
La mujer les extendió muchas bolsas de compras, que su sobrino tomó entre manos.— ¿Esto qué es?
— Fui a Nueva York unos días y le compré cosas al bebé. No son para ti Kakashi, no te emociones.
El mayor fingió un puchero y tristeza. Iruka rió y le agradeció a su tía política los obsequios.
Al parecer muchos estaban esperando el nacimiento del pequeño Kai.
Yoko se quedó a cenar con Kakashi e Iruka, mientras platicaban de cualquier cosa. Aquella mujer tenía toda la amabilidad y el buen carácter que el resto de las tías de Kakashi no tenían.
— ¿Piensas volver al trabajo Iru?— cuestionó la omega.
— Sí, pero cuando el bebé haya crecido.
— ¿Y sí tienen más?— cuestionó con una sonrisa burlona.
— ¡Tía!
— ¿Qué? No es mala idea que Kai tenga hermanitos.
— Supongo— susurró un sonrojado omega.
— Yo encantada, cuando quieran puedo cuidar a Kai para que puedan hacer al otro.
— ¡Tía ya basta!
La mujer rió por su propia broma. Y continuaron cenando. Después de un rato se hizo tarde y decidió que era hora de irse.
— Bueno los dejo, cuídense mucho.
La mujer se despidió y se marchó.
Kakashi abrazó a Iruka de inmediato y lo arrastró hasta su habitación hasta que acabaron besándose en su cama.
— Iru. Tus feromonas están fuera de maldito control.
— ¿Y?
— Me contuve toda la cena de no saltarte encima— susurró el alfa entre besos.
— Puedes hacerme lo que te plazca.
— Oh cariño, lo haré.
ESTÁS LEYENDO
Eclipse
FanfictionContinuación de Luna. ¿Qué pasa cuando todo lo que construiste se desmorona? ¿Qué pasa cuando la luz de tu vida se ve eclipsada? Kakairu omegaverse.