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Artista y policía se encontraban por primera vez, mirándose fijamente.

Estaban en un lugar donde se supone que había mucho ruido, un gran parque, pero en ése momento parecía no haber nadie más alrededor, sólo ellos dos.

Los dos se acercaron lentamente al otro, sintiendo interés mutuo al instante, aún sin conocerse.

Un momento, ellos sí se conocían.

Cuando Karen tenía que hacer de niñera de Mary, un niño aveces iba a jugar con su prima, él.

El mundo es tan grande y pasé a no haberse fijado en el otro cuando eran más jóvenes, ahora teniendo ella 28 años y él 27 años, se volvían a encontrar, como sí el destino los uniese.

-¡Vamos a jugar al fútbol!

Y Mary se metió en medio de los dos, con una pelota de fútbol en sus manos.

Los dos que acababan de ser interrumpidos, dieron un suspiro agotado mientras Marty lucía confundida y Max que usualmente prefería no meterse en ésas cosas, decidió hacerlo.

-Kevin, ella es mi prima, Karen; Karen, el primo de Mary, Kevin.- presentó el veterinario, sacándole la pelota a la rubia de coletas para lanzarla, yendo ella a buscarla.

-¿Kevin? Vaya que cresiste, ya eres más alto que yo.
No serás un dolor de cabeza como tu prima, ¿verdad?- preguntó la ojiverde con una sonrisa.

-No me recuerdes que es mi primera, por favor.
Por cierto, gracias a que una vez me dijiste que dibujaba lindo, ahora soy artista y también doy clases de arte.- dijo el rubio, sonriendo.

Odiaban admitirlo, pero sólo se volvían a encontrar gracias a la fastidiosa Mary que los molestó para ir a jugar a la pelota.

Max esta vez no fue invitado por que fingió estar enfermo, pero Karen no lo iba a dejar salirse con la suya y reveló que su primo no estaba enfermo, siendo arrastrado también.

-¡Oigan! ¡¿Están listos para jugar contra mí?!
¡Vengan los tres que no podrán conmigo, sobretodo tu, Kevin! ¡Seguro tienes ésos músculos de adorno y no te comparas al terrible poder que tiene una bella maestra de educación física, como yo!- gritó Mary mientras que una señora que pasaba, le cubría los ojos a su hija para que no vea a ésa rara mujer.

Los dos mayores dieron un suspiro con cansancio y Max al ver la "química" entre ellos, decidió sacrificarse.

-Ustedes pueden charlar sí quieren, yo jugaré con ésa tonta hasta que se cansé.- dijo el hombre, no, el héroe del día mientras iba a jugar a la pelota con Mary, para que ellos puedan tener algo de tiempo para conocerse.

Le estarían tan agradecido a Max... sí no fuese que sólo aguanto unos nueve minutos jugando antes de casi colapsar, por su terrible estado físico, teniendo ellos que jugar ya que Mary se puso a molestar.

Desde ése día, Max se propuso a hacer más ejercicio para no volver a pasar ésa vergüenza, bueno... al menos les dio unos minutos a solas y pudieron hablar, intercambiando contactos para seguir viéndose cada vez que podían, a escondidas de Mary o no los dejaría en paz.

Continuará...
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¡Hola!

Luego de no salir a correr casi por un año gracias a la cuarentena, tengo el presentimiento que yo aguantaría menos moviendome que Max.

Espero que les haya gustado los capítulos.

Gracias por su tiempo.

Volveré...

Mi molesta vecina y amiga, MaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora