Mi molesta vecina y amiga, Mary

12

Max y Kevin estaban serios, mientras ésa chica que estaba en medio de ellos, se burlaba.

-¡Muajajajaja! ¡Nadie me puede ganar en los videojuegos, en especial dos nenas debiluchas como ustedes!
¡Par de mancos! ¡Muajajajaja!

Se burlo la rubia de manera arrogante, apoyando sus manos en las cabezas de ambos chicos y despeinadolos ya que por primera vez en su vida, les ganó en una partida.

No le podían decir nada, ella era más poderosa que ellos y no lo dice ella, lo dicen los videojuegos.

Los dos amigos se miraron entre sí y asintieron.

Esa chica se las debía pagar y ya no se contendrian, ya que sí, debido a que ella era una pésima jugadora y mala perdedora, decidieron otorgarle la victoria pero al parecer ella no merecía misericordia.

Un par de horas después.

-¡Lo siento, ya no me burlare de los mancos! ¡Ya déjenme jugar!- gritó Mary entre llantos mientras perdía por... ya perdió la cuenta de todas las veces que había perdido.

Karen que iba llegando, vio como los dos hombres chocaban los cinco con orgullo tras otra victoria mientras la rubia murmuraba cosas como que el mando no sirve, que estaba algo cansada, mucho lag y otras cosas de mal perdedor.

-¿Videojuegos?
Nunca se me dieron bien, hasta mi sobrino de 5 años me humilla.- dijo la recién llegada, acercándose.

Mary, como toda aprovechada que es, le quitó el mando a Max y se acercó a Karen mientras sonreía de manera malvada.

-¿Juegas una partida contra mí?
Prometo ser amable.- dijo la de coletas mientras Karen agarraba el control con cierta desconfianza.

El momento que Mary tanto esperó, por fín había llegado.
Ésa era su oportunidad de vengarse de su ex niñera y demostrarle quien manda en verdad.

No habría nada ni nadie que la detenga de humillar a ésa persona malvada.

Su victoria sería legendaria, tanto así que pasaría a ser parte de la historia.
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La noche iba dando inició y Karen y Kevin se retiraban de la casa de Max.

-¿Seguro qué puedes con ella?
Sí quieres la llevó a su casa de la oreja.- dijo Karen a su primo.

El hombre sonrió levemente y negó.

-Ya estoy acostumbrado a tratar con ella, ustedes sólo váyanse y disfruten de su tiempo a solas.- dijo Max de manera tranquila.

Su visita no alargó más la conversación y se retiró, sintiendo admiración por ése hombre.

Nunca creyeron que alguien tendría tanta paciencia para soportar a Mary.

Mientras que Max se acercó a ésa chica que estaba sentada en un rincón de su casa, en posición fetal, deprimida por no poder ganarle a una novata que no sabía ni como mover a su personaje.

El hombre se agachó para quedar a la medida de su amiga y apoyo su mano en el hombro de ella.

La rubia lo miró, sabiendo que él le diría algo para levantarle los ánimos por ser una buena persona que se preocupa por el prójimo.

-¿Te gustaría qué pida pizza o algo por el estilo para levantarte el ánimo, señorita manca?- preguntó el hombre con una sonrisa dulce.

La rubia llevó una mano a su pecho y cerró sus ojos con dolor.

Éso era traición de parte de su amigo.

-Sí por favor, tengo hambre.- respondió Mary, con voz dolida.

¿Qué? Acababa de ser humillada y su mejor amigo se burló de ella, pero comida era comida y no se debía negar.

Negarse a la invitación para comer de alguien es de mala educación pero negarse a una comida que te gusta, éso es pecado.

Continuará...
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¡Hola!

Puede ser difícil de creer pero mientras iba terminando de escribir el capítulo me dio hambre y me tengo que aguantar (pereza para preparar algo y me voy a aguantar hasta que mi estómago gruña)

Espero que les haya gustado el capítulo.

Gracias por su tiempo.

Volveré...