–Dejar a Victoria solucionar sus problemas, ¿Qué tan difícil puede ser eso?
Me quedo callado al ni siquiera ser capaz de responder mi propia pregunta. Es demasiado difícil, en especial cuando su maldito ex está involucrado. ¡¿Por qué coño me dejé convencer de una pequeña rubia para no entrometerme en asuntos que obvio me conciernen?! Si sigo pensando en ello, me volveré loco.
–Ya estoy loco. –me contesto desesperanzado.
Victoria me tiene loco, y no solo de amor, literalmente esa rubia que pasea su culo frente a mí con descaro, me vuelve loco. No se suponía que enero fuese tan difícil, Carmen está días de largarse por fin, o eso espero. Ahora con el imbécil americano salido de GQ, no estoy tan seguro. Lo poco que sé de Mark, es suficiente para que me enerve la sangre. Su forma reservada de actuar, era suficiente para controlar a Victoria.
–Como si la víbora de su madre no fuese suficiente martirio...
La pantalla de mi ordenador se apaga de nuevo, mientras me recluyo en mis propios pensamientos. Sé que una madre es importante para quien sea, pero Carmen no merece el afecto de su hija, ni la compresión que expresa Victoria hacia ella. Mi ángel tiene que ser libre, no una mujer vacía de escaparate.
–Yo puedo darle más, yo puedo ser todo lo que ella necesita.
Si es que ella necesita ser sometida. Un escalofrío me hace cerrar los ojos. Victoria tiene todos los rasgos de una sumisa. Si bien aquella nalgada la asustó hasta la muerte, sé que atarla de manos en el despacho la excitó sobremanera. No necesito que ella se comporte como una verdadera sumisa, me basta con que acepte mis pervertidos matices a la hora del sexo.
Lo que ella me pida lo tendrá de mí. Mi desventaja es que no sé cómo negarme a esos labios llenos y esa expresión de ternura. Incluso ahora me conmueve al solo pensarlo. Sé que quiere saber más de un mundo que no conoce, y yo deseo tanto ser su instructor, pero no puedo. ¿Qué pensaría de mí, si conociera al hombre que fui en México? ¿Si estuviese cara a cara frente al pervertido cabrón que prefiere atar y azotar mujeres antes de follarlas?
–¿Me aceptaría? ¿Si supiese de Alma? ¿Si descubriese que pasó con...?
¡No! eso no lo puede saber. Mi corazón empieza a latir desbocado mientras intento conservar la jodida calma. Paso mi mano por mi rostro, aún estresado con todo lo que está pasando. Me espera un futuro viaje que no todavía no lo hablo con Victoria.
–Pero si estoy más que jodido.
Me recuesto sobre el cómodo sillón del escritorio. Extiendo la mano, y toco un par de teclas hasta que la pantalla del portátil vuelve a la vida. Después de unos minutos, la habitación se llena de suaves melodías. Soy un estúpido romántico empedernido cuando cada canción me relata la vida de Victoria. Incluso una tonada triste me lleva al pasado cuando bebía whisky como si respirase el aire. Sin Victoria, pasar ebrio es lo único que no duele.
De pronto una nueva melodía empieza a sonar, y me saca una estúpida sonrisa porque sin duda es la letra más cursi que he escuchado, y para variar me recuerda a mi ángel. La canción lleva su sobrenombre, y el recuerdo de la primera vez que la llamé así llega solo a mi cabeza...
Estaba furioso, un nuevo empleo había hecho que mi tío Ignacio se atreviera a mudarnos de Estado. Mis doce años los había vivido en Monterrey, pero no celebraría mis trece años con mis amigos de nuevo. Jamás había salido de Nuevo León, y menos había escuchado de un pueblo llamado San Ventura. Si mi abuelo estuviese vivo, no permitiría que mi tío tomase ese empleo.
–Vas a estar bien, Fernando. Te gustará el lugar, ya lo verás.
–No conozco a nadie ahí. No voy a estar bien. –replico molesto.
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Indestructible 1: Segunda Oportunidad
RomanceFernando es un hombre más. Pero guarda un pasado oscuro que no desea mostrar a nadie. Todo a quién quiere, termina herido o muerto. Su vida ha sido un declive hacia las tinieblas desde que ella se fue. Sin embargo, el destino le ha sonreído de nuevo...