Capìtulo Trece

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Maratón 3/4

Kara

—Infiernos, sí. Gracias a Dios —profeso por lo bajo, encontrando lo que estaba buscando, y más que agradecida, era una de esas chicas que nunca desempacaba completamente su maleta. En el bolsillo lateral había encontrado lubricante. Regreso a la cama, consciente de que los ojos de Lena están pegados a mí. Mi pecho se hincha de felicidad. Había soñado con esto hace más de diecisiete años, pero no desde entonces. Y ahora, estoy tan mareada y nerviosa como ese último año de secundaria—. Sé que es básicamente lo mismo, pero ha pasado mucho, mucho tiempo desde que...hago esto, con una chica —digo, sosteniendo el lubricante.

Lena traga saliva y asiente. Prácticamente puedo sentir los nervios y la emoción saliendo de ella.

¿Cómo está pasando esto? ¿Es esto la vida real?

Estoy a punto de explicar cómo vamos a hacer esto, cuando la mano de Lena se mueve detrás de mi cabeza y fusiona nuestras bocas. Me derrito en el acto, honestamente bien si solo nos besamos.

Ella deja de besarme, apoya su frente en la mía y dice:

—Juro que haré lo que pueda para no lastimarte.

Extiendo un poco de lubricante en mis dedos mientras Lena cubre los suyos también. Luego me deslizo y sumerjo la punta de mi dedo dentro y fuera de mi.

¡Mierda! ¡Lena hará esto después!

Esa realización hace que mi corazón palpite más fuerte que nunca.

—Lentamente —repito, más que un poco nerviosa por esto. Ella asiente y no me pierdo lo excitada que parece. Sus ojos verdes son oscuros pero tan vivos. Me encanta cómo respira por la boca, sus fosas nasales dilatándose ligeramente

Mi experiencia con chicas fue limitada. Me había besado con una media docena de mujeres, pero solo me había acostado con dos. Soy prácticamente virgen en el sexo con chicas. Ahora aquí estoy, preparándome para que Lena me tome, y estoy ansiosa por ello. 

Nos miramos por un momento y luego hago la pregunta que me asusta.

—¿Me quieres boca abajo o boca arriba?

Sus ojos vuelven a brillar.

—Uh, no tengo idea. No he pensado...No sé lo que pensé. No tengo ni idea de lo que estoy haciendo. Quiero decir, tengo la idea...pero...—tartamudea.

Entonces asumo la posición que preferiría. Decido acostarme de espaldas. Voy a necesitar ver a Lena mientras hace esto. Si esto es solo un maldito sueño súper vívido, lo disfrutaré al máximo. Y si no es un sueño, absolutamente voy a grabar en mi memoria cada segundo de su rostro mientras lo hago. Quién sabe si alguna vez volveré a estar en esta posición.

Pongo mis pies planos sobre la cama y extendidos para darle acceso, Lena se acomoda entre mis rodillas, sus ojos patinando arriba y abajo de mi cuerpo. Cuando llega a mi centro, goteando, lo toma con una mano lubricada y la acaricia varias veces, extendiendo la humedad.

—Lena, no duraré mucho si sigues así —advierto.

Lena me sonríe y levanta una ceja, luego ralentiza su toque. Cuando la yema de su dedo roza mi entrada, mi cuerpo entero se estremece. Lo hace un par de veces más y con cada caricia, mi excitación crece, tanto por dentro como por fuera.

—Aquí voy —dice Lena, su voz más grave y áspera de lo que he escuchado alguna vez.

Cuando se apoya en mi entrada, hago mi mejor esfuerzo para relajarme y dejarla entrar. Presiona tentativamente un par de veces antes de continuar con la fuerza suficiente para entrar, y cuando lo hace, se siente más que increíble.

It Made Me Think Of You // Supercorp AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora