Estaba buscando candela para poder encender su cigarrillo.
No importaba si era algún fosforo o tal vez un encendedor, de hecho si no lo encontraba iría a la cocina a usar el fuego de la estufa.
Sabía que fumar no era bueno, de hecho no acostumbraba a fumar y solo lo hacía para calmar los nervios, y también para intentar eliminar aquellos traicioneros sentimientos de suicidio.
Había sido el peor día de su vida.
Y no sabía que había sido lo peor de todo lo que había sucedido.
¿Qué lo había hecho llegar a este punto? Aun no estaba del todo seguro.
¿Tal vez que el día de su aniversario, su esposa muriese en un accidente de auto?, o puede que lo peor haya sido enterarse que su esposa estaba gimiendo en los brazos de otro, momentos antes de morir… aunque de los dos amantes ella fue la única que no sobreviviera.
¿Tal vez el hecho de que todo el mundo sabía del affaire de su esposa con Kim Jongin de quien sabe cuánto tiempo menos él? Porque parecía que todo el mundo no sabía que otra cosa comentar en el funeral que no fuera eso.
¿Tal vez el que Kim Jongin siendo su mejor amigo, fuera el amante de su esposa y estuviera con ella cuando murió?…
«en ella» sería más adecuado decir, en el sentido literal de las dos palabras.
Si, definitivamente eso ultimo era lo que más lo hacía sentir peor, que su esposa ahora a tres metros bajo tierra lo hubiese estado engañando con quien creía era su mejor amigo y que ahora tuviera que lidiar con lo que la gente sabe hacer mejor: manipular tu vida y volverla pedazos con los rumores.
No era justo soportarlo solo, hubiese querido que ella viviera no para perdonarla, no, no llegaría a ese ridículo punto ni en sus peores sueños, no, quería que ella hubiese vivido para que supiera como estaba intentando soportarlo como si fuera una herida haciendo contacto con limón, porque el morir fue como si ella hubiera decidido escapar de su merecida culpa, fue como si un ser superior hubiese decidido ser compasivo con ella y no permitirle vivir lo que estaba viviendo el… lo que debería estar viviendo ella junto a él.
Porque, mierda, si, a pesar del engaño, la extrañaba, y aun cuando tenía claro que aunque estuviera viva no la perdonaría, quería oírla pedirle perdón, quería…
Le dio otra calada a su cigarrillo mientras seguía perdido en sus pensamientos.
Pensar no le hacía bien, pero evitarlo se estaba haciendo difícil.
En ningún momento lloró. Ni siquiera estaba seguro de si debía llorar ahora.
No lo hizo cuando supo del engaño de ella, tampoco cuando tuvo que ir a reconocer su cuerpo momentos después y mucho menos al otro día mientras estaba en su funeral recibiendo palabras hipócritas de los demás.
Su mamá se había encargado de todo, después de todo ella no tenía familia y él no quería hacer nada por ella, así que su madre siendo comprensiva, se había hecho cargo de todo, y al final del funeral, habiendo quedado solos le había dicho algunas palabras… las más sinceras que le habrían dicho en todo el día.
– Está bien si quieres llorar, porque llorar es una forma de sacarlo todo y cuando lo haces, conseguirás sentirte mejor contigo mismo, así podrías pasar de página mucho más fácil.
El solo había asentido, dedicándole una dificultosa sonrisa y retirándose de allí.
Aun ahora, en la casa que había compartido con ella, no había soltado ni una sola lágrima, y solo había sentido la necesidad de encender un cigarrillo y llevárselo a la boca.
¿La situación lo había vuelto insensible? Ya no le importaba ni en lo más mínimo.
Encontrándose solo en la casa que habían compartido durante los últimos cinco años, decidió abrir alguna botella de vino de su colección, así que se puso de pie y yendo a la alacena donde guardaba los vinos y estando a medio camino tocaron a la puerta de su casa.
¿Más palabras de fingido consuelo? Oh, no gracias, pasaba de eso esta vez.
Pero parecía que quien fuera que insistía en que se abriera la puerta, no se iría hasta conseguirlo.
Sintiéndose fastidiado con la insistencia al otro lado de la puerta, al final decidió ir abrirla, y de todo se esperaba menos verlo a él, enfrente suyo justo ahora.
– Vaya, nunca pensé que tendrías el descaro de aparecer frente a mi luego de todo lo que sucedió. – comentó con palabras llenas de acidez.
Jongin permaneció estático en cuanto la puerta se abrió, no solo por las muletas que llevaba que lo ayudaban a caminar mientras tenía aquel yeso en su pie izquierdo, fue más bien cuando esas palabras fueron pronunciadas. Y fue por ese mismo recibimiento que las palabras que había pensado se habían esfumado.
Las merecía, si, cada una de esas palabras y hasta la mirada envenenada la merecía, merecía sentir dolor, merecía sentirse la peor basura del mundo, merecía… haber muerto.
Pero estaba vivo, y sus lesiones físicas no debían ser nada comparado a las lesiones emocionales de KyungSoo, y por eso mismo es que tenía la obligación de estar allí, sabiendo que no merecía su perdón.
– KyungSoo… – parecía que las palabras huían de su boca por no querer ser pronunciadas, sin embargo se esforzó más en decir algo – no merezco tu perdón – algo que los dos tenían muy claro – pero sería peor si al menos no lo intento conseguir, así que pídeme cualquier cosa, yo estoy dispuesto a hacer cualquier cosa que tú quieras que…
– Ya basta –. Interrumpió, antes de que JongIn pudiera pensar en decir otra cosa, luego sonrió antes de continuar hablando – será suficiente con saber que cada vez que te mires al espejo, la cicatriz que quedará en tu mejilla te recordará lo que sucedió y te atormentará el resto de tu vida.
Jongin puso su mano en su mejilla derecha, donde una gran cortada había marcado su rostro; KyungSoo estaba siendo devastador, y por primera vez estaba siendo así con el… y lo merecía, por eso no le contestó nada en su defensa.
– No vale la pena perder mi tiempo contigo – retomó la conversación, o más bien, el pequeño intercambio de palabras, y sin agregar nada más, empezó a cerrar la puerta.
– No, espera! – Jongin interpuso su pie enyesado para que la puerta no se cerrara y en el proceso sus muletas cayeron al piso haciendo un gran estruendo. – auch! – no supo cómo seguía parado luego de recibir el golpe de la puerta en su pie lesionado cuando KyungSoo intentó cerrarla, y al instante KyungSoo la volvió a abrir por la obstrucción causada -, dije que iba a hacer lo que tú quieras para conseguir tu perdón, no me iré hasta que me dejes hacerlo.
Jongin apoyó su mano en la puerta para mantener el equilibrio y también evitar que KyungSoo la vuelva a intentar cerrar, además, sus muletas permanecían en el piso.
– ¿Acaso no fue suficiente humillación? ¿Necesitas reírte en mi cara para que sea completa? Ahora lo único que quiero es que te vallas de aquí! – había subido su tono de voz y su mirada asesina pareció intensificarse – Vete a la mierda Kim Jongin!
– Lo siento!, yo lo siento tanto! – Jongin empezó a llorar – No puedo deshacer lo que sucedió, ni el accidente ni el estar con ella; a cambio de eso, aré todo lo que digas, pero no me iré porque eso no es suficiente para merecer tu perdón, porque lo necesito, aunque es egoísta de mi parte pedirlo, yo necesito tu perdón – se alejó un poco solo para recoger sus muletas del piso como pudo y estuvo apoyado en ellas de nuevo, tomo aire para intentar calmar sus sollozos.
Se miraron por un momento bastante corto y luego KyungSoo se dio cuenta que ya nata obstruía la puerta.
– Entonces quédate esperando! – gritó y se apresuró a cerrar la puerta.
Sintiéndose inestable luego de hablar con él, camino hacia la cocina en busca de agua, su boca se sentía seca, y ahora que se encontraba de nuevo solo en su casa, siendo absorbido por el silencio, abrumado por la soledad, sintiendo la adrenalina que solo ese pequeño enfrentamiento le había causado, lloró.
Empezó con una lágrima, siendo seguido de un sollozo y la vista borrosa por la abundante acumulación de humedad en sus ojos, y se perdió en su dolor.
Y grito con todas sus fuerzas, y lanzo el vaso contra la pared volviéndolo trizas, y se dejó caer al piso, y permaneció de rodillas llorando todo lo que no había llorado.
No supo en que momento perdió la conciencia y se quedó dormido en el piso, el frio lo había despertado y le dolía la cabeza aunque ya no estaba seguro del motivo. Habrían pasado una o dos horas y la posición en que se había acostado le había dormido todo el brazo derecho.
Ahora que sentía el incómodo hormigueo del despertar de su brazo, se puso de pie, miró a todos lados pero no quería nada, y fue entonces cuando notó que no se había despertado por el frio ni por la posición incómoda en que se encontraba, estaban tocando a la puerta y lo estaban haciendo desde hace un rato.
– ¿Podría por favor abrir la puerta? – era la voz de su vecino, al lado vivía una pareja de edad considerable, y esa voz era la del señor.
KyungSoo no alcanzo a reaccionar cuando abrió la puerta porque el señor había tomado la palabra otra vez.
– ¡Es usted un inhumano!, ¿Cómo puede dejar a una persona con un pie enyesado fuera de su casa?
KyungSoo miró hacia donde estaba Jongin, justo al lado del señor, mirando al piso.
– Él no vive conmigo, le dije que se fuera hace rato. – El mal genio se estaba volviendo a subir a su cabeza
– Ah!, ¿Cree que con ese pie él va a poder moverse bien?
– ¡Así mismo como él pudo venir, también va a poder irse!. – Nunca hubiera respondido mal, pero ese señor se estaba metiendo en un asunto que no le importaba, ¿Cuándo KyungSoo se había metido en sus asuntos?
– ¡No puedo creer lo que estoy oyendo! – El señor estaba indignado – Yo…
– Escuche –, ese señor estaba acabando con la poca paciencia que tenía – lo dejare entrar así que ya puede irse, ¿De acuerdo? – cualquier cosa con tal de que ese señor cerrara la boca.
El señor se fue diciendo unas cuantas cosas más hasta que se perdió al otro lado de la puerta de su apartamento.
– Gracias – murmuro Jongin.
– ¿Por qué? Creo que de alguna manera te confabulaste con él para lograr entrar, y para desgracia mía, lo lograste.
– Yo…
– Entra ya antes de que ese señor salga de nuevo a decirme que tan inhumano soy con la persona que se acostaba con mi esposa y que decía ser mi mejor amigo.
KyungSoo se dio media vuelta dejando la puerta abierta para que el otro siguiera, Jongin no dijo nada más y solo entró, cerrando la puerta tras de sí.
KyungSoo fue a su habitación, tomó la tarjeta de entrada al apartamento y volvió hasta la puerta de entrada donde Jongin aún no se había movido.
– No soportare estar en un mismo sitio contigo, así que para cuando regrese, espero no encontrarte aun aquí.
Y sin decir nada más, lo hizo a un lado para poder salir.
Fue entonces cuando notó todo a su alrededor, luego de quedar solo en el apartamento de KyungSoo; vio vidrios en el suelo, probablemente de lo que sea que KyungSoo había estrellado a la pared y que Jongin había escuchado estando afuera; el sentimiento de sentirse culpable por lo que le sucedía a KyungSoo nunca lo abandonaba y por eso es que le había dicho que quería hacer cualquier cosa por obtener su perdón.
No solo había destrozado una vida, había destrozado la vida de Do KyungSoo.
Parecía que el querer tener su perdón incluía el cuidar de él, y ahora que tenía su pie enyesado y que dificultosamente recogía los vidrios del piso y ponía todo en su lugar, Kim Jongin había decidido hacer que Do KyungSoo fuera feliz otra vez.
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Mianhe...Kaisoo
FanfictionDescripción: Jongin se ha estado acostando con la esposa de KyungSoo su mejor amigo y por un accidente donde ella muere, KyungSoo se entera de esa relación. Ahora Jongin quiere que KyungSoo lo perdone, y conseguirlo no sera nada fácil. Jongin tendr...