Mianhe...Kaisoo

Cáp. 6 - Preocupandome.

El amor fue creado para no vivir en la aburrida monotonía; sólo que no era algo bueno y, únicamente las personas lo suficientemente masoquistas, podrían soportarlo y hasta aprender a convivir con él.KyungSoo ya no sabía que pensar al respecto… de hecho, no quería pensar.Había visto los videos. Todos. No le había bastado el torturarse viendo el primer video hasta el final y tuvo que ver los otros dos solo para comprobar que lo único que se diferenciaba del primer video, era las posiciones que hacía su esposa entre gemidos con Kim Jongin. Si, el amor era para masoquistas.

Ya no estaba seguro de si lo que sentía por ella era amor. ¿Debería llorar por lo que había visto? ¿Tal vez estaría mejor si gritaba hasta quedarse sin voz para liberar eso que estrujaba su corazón?… ¿Y si solucionaba todo, tomando esas pastillas que tenía en el tercer cajón de su mesa de noche, escondidas debajo de papeles aparentemente nada importantes?…

No. No iba a liberar a Jongin de la culpa, no iba a dejarlo libre, primero tenía que sentir lo mismo que estaba sintiendo KyungSoo en estos momentos para luego dejarlo libre. Se acabó el KyungSoo indeciso. No más esperar a que esté mejor, no más atenciones con él. Desde el principio KyungSoo le había dicho que se fuera, nunca lo retuvo y siempre esperó a que ya no estuviera. No más con el KyungSoo paciente. Adiós al KyungSoo de buen corazón. Hola al nuevo KyungSoo.

Dejó la cámara sobre la mesa de trabajo, junto a su laptop y demás libros de consulta y fue hasta su habitación, donde aún se encontraba un dormido Jongin. Parecía que tenía un sueño bastante tranquilo porque su respiración era acompasada y hasta los rasgos de su rostro se veían relajados… ¿Cómo podía dormir tan bien?, ¿Cómo…?

Caminó hasta que la cama fue un obstáculo para seguir. Se sentó al lado de Jongin y vio cómo su pecho subía y bajaba indicando el fluir del aire en sus pulmones. Lo odiaba. Lo odiaba otra vez con la misma intensidad.

¿En qué momento sus propias manos fueron al cuello de Jongin? KyungSoo no era un asesino, pero las ganas de acabar con su vida estaban saliendo a flote.

Tal vez el contacto era tan leve que por eso Jongin no despertaba, ¿Qué era lo que le detenía de presionar más fuerte? ¿Por qué no podía terminar con esto de una buena vez?… Jongin se removió, tal vez en un intento de conseguir una mejor posición con su pie enyesado, y fue cuando notó las manos intrusas en su cuello y despertó.

Se miraron durante un tiempo bastante largo para los dos. KyungSoo no retiró las manos de ese cuello. Jongin no intentó liberarse.

¿Qué era lo que pasaba por la mente de Jongin en este preciso momento? Si habláramos de fuerza, los dos eran conscientes de que la fuerza de Jongin era ligeramente mayor a la de KyungSoo, aun estando con la desventaja de tener un pie enyesado. ¿Por qué no hacía nada por quitar esas manos de su cuello?

— No dudes y sólo hazlo — las primeras palabras que se habían pronunciado en medio de aquel eterno silencio. Jongin las había dicho.

— ¿Qué es esto? ¿Me desafías? ¿Crees que no soy capaz de hacerlo? — aun no retiraba las manos de ese cuello. KyungSoo le estaba respondiendo.

— Mis palabras no tienen ninguna segunda intensión, si esto es lo que necesitas hacer, entonces hazlo. — Estaba demasiado tranquilo. ¿Qué era lo que realmente pensaba? ¿Por qué tenía que confundir a KyungSoo así? ¡Estúpido Kim Jongin!

La presión que era inexistente, se había afirmado alrededor de ese cuello. Jongin cerró los ojos, esperando que se hiciera lo suficientemente fuerte como para no dejarlo respirar.

¡Quéjate maldito, quéjate!.

La acción no le hacía sentir mejor y sólo terminó soltando el cuello, nunca llegó a presionar lo suficientemente fuerte como sabía que podría hacerlo. Se giró apoyando los codos en sus piernas y sus manos fueron a cubrir su rostro. ¿Humedad? ¿En qué momento había empezado a llorar?. No. No quería llorar. No quería hacerlo mientras Jongin lo observaba. No.