Cáp. 15 - Aceptación.

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— ¡Apresúrate, KyungSoo!. — el pequeño Jongin de 5 años, llamaba a su amigo para que no se quedara atrás de él. — ¡nos están alcanzando!.— ¡Me atacan! ¡Son muchos! — La vocecita del niño de 6 años pertenecía a KyungSoo. En sus manitas tenía una sombrilla que en su inocente imaginación, se convertía en una increíble espada.

— ¡Oh, iré a ayudarte! — el menor tenía un patito de goma, con el que podía “disparar” agua. — ¡No se acerquen a mi amigo! — su intento de voz atemorizante, alejaba a los enemigos imaginarios. 

— ¡Acabaré con todos! — KyungSoo empezó a dar patadas sin ninguna coordinación y a mover la “espada” como veía que hacían en la televisión. — ¡Él es el último! ¡Yo lo mataré con mi super arma! — Jongin “disparaba” en la misma medida que daba patadas iguales a las de su amigo.

— ¡Cuidado, detrás de ti! — KyungSoo señalaba al imaginario sobreviviente.

Jongin, en su intento por dar una “patada voladora”, hizo que se rompiera algo.

— ¡Ay, no! ¡Rompí el florero favorito de mamá! — Jongin miró a KyungSoo. El juego había terminado. — ¡Mi mamá me va a matar!

— Tranquilízate — KyungSoo soltó la sombrilla, y tomó a Jongin de los hombros — ¡No puedes llorar porque ya somos niños grandes! — Jongin lo miraba con sus ojitos aguados, lleno de miedo por la futura reacción de su mamá. — Escucha, vamos a decir que yo lo rompí.

— ¡Pero no es cierto! — Jongin no estaba de acuerdo en que se llevara la culpa.

— ¡Nadie más que tú y yo lo sabremos!, vas a prometerme que no le dirás a nadie, ¿de acuerdo?.

— Pero, no es justo.

— Si lo es, tú tienes miedo y yo no; ¿Ves que así si es justo? — Un argumento tonto pero que terminó por convencer a los dos.

El sonido de un teléfono celular le devolvió al presente. KyungSoo contestó luego de leer “mamá” en la pantalla.

— ¿Aló, KyungSoo? — No esperó a escuchar la voz de su hijo cuando contestó.

— Si, mamá, soy yo. — ¿Quién más podría contestar su celular?

— Oh, cariño, ¿Te interrumpí mientras trabajabas?

— No mamá, no estaba haciendo nada — acababa de despertarse.

— Que bien, te tengo una buena noticia. — sonaba emocionada.

— ¿Qué es?

— Le hablé de ti a la hija de mi amiga y ahora ella quiere conocerte. — ¿Esa era la buena noticia? — Le dije que concretaría una cita contigo para el fin de semana.

— ¡Mamá!, ¡Te dije que no quería conocer a nadie ahora! — se enfadó. ¿Cómo podía su madre meterse en su vida de esa forma? ¡Había sido claro en que no quería salir con ninguna chica!

— Cariño, no seas así. Ella de verdad quiere conocerte. Dale una oportunidad y tal vez me lo termines agradeciendo. — dudaba de las palabras de su madre. ¿Cómo esa chica va a querer conocer a alguien que ha quedado recientemente viudo?

— Llámala y dile que no se va a poder hacer, invéntale una excusa y no me importa lo poco creíble que pueda ser, pero no iré.

— Pero no puedo hacer eso, ya le dije que si irás.

— ¡Pues no es mi problema!. — Nunca antes le había hablado así a su mamá.

Hubo un silencio antes de que ella hablara de nuevo.

Mianhe...KaisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora