Horas después de que Wei Wuxian descendió de este mundo y de que la Secta Jin atacara los Túmulos Funerarios terminando con todo rastro de la tan odiada Secta Wen, el Segundo Jade, Lan WangJi regreso con el corazón destrozado hacia ese lugar en busc...
Al caer la noche Sizhui regresó a su habitación, se sentía muy feliz porque sus esfuerzos estaban valiendo la pena y porque su padre ya estaba mejor, y ya podían pasar tiempo juntos, con una sonrisa se acostó y después de unos minutos cayo dormido.
- ¿Qué pasa pequeño A-Yuan? – Wei Ying le pregunto y se inclinó a ver al pequeño que se encontraba sentado en un tronco.
- No tengo con quien jugar... – Respondió el pequeño haciendo un puchero.
- ¿Y yo que? Yo juego contigo. – Dijo levantándose y cruzándose de brazos.
- Si... Pero no juegas a diario conmigo y además el hermano Wei ya es demasiado viejo como para jugar. – Hablo cruzando sus pequeños brazos.
Wei Ying bufo y lo miro frunciendo el ceño. – ¿A quién le dices viejo? Para que lo sepas solo soy mayor que tú por trece años. – Desvió la mirada con indignación.
El pequeño se levantó frente a él. – Hermano Wei consigue un amigo para mí. – Dijo dándole una fruta para convencerle.
Wei Ying se quedó pensando por unos minutos. – Tengo una idea ven... – Tomo al niño de la mano y lo llevo a donde habían comenzado a sembrar rábanos. – Que te parece si te sembramos...
- ¿Sembrarme? – Pregunto el pequeño mirando a Wei Ying.
- Si, te siembro hoy y dentro de uno o dos años crecerá un gran árbol y de él saldrán muchos niños. – Respondió sonriendo y sujetando la fruta.
- Bueno... – Dijo el pequeño rápidamente y sonriendo se sentó sobre un pequeño agujero, luego comenzó a echar sobre él pequeños puños de tierra. – ¿Así hermano Wei?
- Aún falta... – Dijo acercándose a él y ayudándolea echarle más tierra hasta que quedó sepultado de los pies a su pequeño torso. –Así está mejor. – Le dio un mordisco a la fruta y sonrió.
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- ¿Entonces debo de esperar aquí dos años para tener amigos? – El pequeño pregunto sonriendo.
- Si. – Respondió sonriendo.
- ¡Si! Tendré muchos amigos con quienes voy a jugar. – Dijo el niño sonriendo y celebrando.
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