Capitulo 9. Heridas que no sanarán

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Podía oírlos, podía escucharlos como hablaban sobre lo que me pasó y sus teorías, quería abrir los ojos, gritarles que estoy ahí, pero no podía, los ojos me pesaban demasiado y a pesar de que yo sentía que hablaba mis palabras no salían de mi boca.

-Dean debemos llevarla a un hospital, no mejora y su pierna sigue sangrando necesita una transfusión.

-No podemos llevarla a un hospital, si alguien la ve así nos pedirán que declaremos y entonces que diremos, no sabemos nada, tampoco la podría ayudar un hospital y lo sabes Deth, eso que está en su pierna es un arma creada por dioses si la sacamos no sabemos que pasará con Venus. Solo, solo dame un poco más de tiempo.-Decia Dean casi en susurros.

Sabía que estaba muy mal pero no podía morir, no así.

Pov Deth.

-¡Ya no tenemos tiempo!

- Cierra esa boca tuya que no me deja pensar.-me decía Dean dando vueltas por la habitación.

No teníamos contacto con lo divino más que con nuestras madres y uno que otro guardián, pero no sabíamos cómo contactarlos, ellos eran quienes se comunicaban con nosotros de pronto.

-¡Ya sé!

Declaraba Dean al fin.

- Debo ir a hablar con mi madre ella deberá decirnos lo que sabe, si esos tipos de la llevaron y en ese tiempo no la mataron  la necesitaban viva por lo tanto deben de necesitarla para algo, mi madre deberá saber algo Deth, al igual que la tuya es momento que busquemos verdaderas respuestas amigo.

Su plan de Dean era el peor que se le podía haber ocurrido pero tenía lógica y para ser sinceros la única opción...la última oportunidad para Venus.

Después de buscar la forma de comunicarnos, buscamos en los libros  que habían dejado las cinco antes de morir, en sus páginas se leían diversas lenguas, rituales, antiguas historias y mucho más pero solo había una pequeña parte donde la madre de Venus se comunicaba con las diosas de la creación para algo, no podía entender que era lo que decía puesto que cada dios que conjura un elemento diferente habla y escribe una lengua propia de la legión.

-Debemos hacer que Venus despierte Dean, solo ella podría leer lo que se necesita para hablar con ellas.

Dean se negaba, puesto que al despertarla gritaría de agonía, al llegar de aquel bosque le habíamos curado las heridas sin embargo intentamos sacar aquella flecha de su pierna pero al hacerlo, ella empezó a lanzar gritos de agonía y caía desmayada, así que le hice un te de la raíz de acical para sedarla pero fue inútil intentar sacar esa flecha.

-¡Dean tenemos que hacerlo y ahora!

-Hagamoslo.-Cedio mi amigo.

Prepara las cosas, el libro prepare más te para de nuevo dormirla en cuanto leyera el texto.

-Preparate Dean en cuanto termine el efecto del té, la agonía empezara, sujetala bien.

Esperamos pacientes a qué despertara y al hacerlo Venus abrió sus ojos en par con un color fuego intimidante.

Pov. Venus.

Escuchaba sus pasos acercarse a la cama y sus murmullos, odiaba cuando se alejaban por qué sentía que en realidad estaba muerta.

Mi mar de pensamientos fue interrumpido por un dolor insoportable abrí los ojos de para en par, sentía el cuerpo arder y no podía controlarlo, grite muy fuerte pero unos brazos me impedían moverme, inmediatamente supe que era Dean puesto que Deth no tenía músculos.

- ¡Por favor haz que pare, duele me está quemando Dean, haz que pare!-decia gritándole esperando que lo detuviera.

-Venus concéntrate, amiga necesito que me pongas atención es importante, que leas estas páginas para mí, solo así sabremos cómo sacar esa flecha de tu pierna y acabar con el dolor por favor Venus.- me decía Deth con un libro de color rojo entre los dedos.

Enfoque el dolor que sentía en mi cuerpo a ése libro, canalizar la energía ayudaba aún que aún así seguía sientiendo un inmenso dolor.

Empecé a leer lo que Esteban en frente de mi, aquellas letras raras las pude reconocer, solía encontrar muchas cartas así en casa cuando era más pequeña.

-"Las diosas han decidido ayudarme a esconder a Venus de aquel cruel destino que le aguarda, hasta que sea el momento de revelar la verdad. Para cumplir con sus demandas deberé ir a las montañas del sauce en donde los 3 elementos se juntan en uno".- termine de leer
 
Mire a los chicos esperando respuestas pero lo único que obtuve fue más té que me haría volver a dormir. Lo escupí de inmediato, sabía vivir con el dolor, sabía manejarlo bien, desde pequeña e convivido con el está no sería la excepción.

-No quiero seguir durmiendo, puedo manejar el dolor, incluso la flecha pero necesito saber que pasa en mi vida.

Durante los siguientes minutos Deth se encargo de hacerme un ungüento para el dolor de la pierna, aliviaba un poco pero aún no lo suficiente para  eliminarlo del todo.

-Cusndo salí de la fiesta unos chicos me abordaron logré golpear al que me sujetó primero pero de pronto llegaron más y me llevaron a una camioneta, un tipo de cabellos blancos me susurro algo y me quedé dormida, desperté en un cuarto y mi padre estaba ahí, dijo que mi madre solo limitaba mis dones y que debía cumplir con mi destino. Después de eso salí corriendo de ahí al bosque y bueno estuve así varios días.

Al contarles la historia resumida los chicos me vieron con esas miradas de compasión y lo odiaba.

- Si les e contado esto es para que juntemos la información que tenemos no para que pongan esas caras, agg me dan pena aveces.

De inmediato desviaron la mirada como si pensaran en algo.

-Debemos ir a esas montañas para hablar con nuestras madres y saber cómo sacarte eso de la pierna y preguntar qué mierda tienes que  ver tu con todo ésto.-dijo Dean al final.

La ultima descendienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora