9. "No llores. Yo te protejo"

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Harry no dejaba de ver al niño que se encontraba frente a él. Alto, castaño, con su short playero y su torso desnudo, con su gesto furioso mirando a los niños que los habían lastimado a su mejor amigo y a él.

De pronto, en su pecho, su pequeño corazón, se aceleró.

— ¡Que le devuelvas la pelota! —gritó molesto.

Los niños soltaron la pelota y salieron corriendo.

El pequeño héroe se acercó hasta Harry poniéndose a su altura para ayudarlo a ponerse de pie.

— ¿Estás bien? —le preguntó preocupado — ¿Te lastimaron?

Harry negó sin dejar de verlo, completamente anonadado.

— Estás lleno de arena —le limpió la mejilla tiernamente.

Harry no entendía lo que sentía, no sabía que era esa sensación en su pecho y su panza.

De pronto, Harry regresó a la realidad cuando vio a Niall en el suelo, parecía muerto –eso fue lo que pensó Harry al verlo con sus ojitos prontos a cerrarse.

— ¡Niall! —se agachó hasta su amigo — ¡Niall! —gritó moviéndole suavemente.

— Me duele la cabeza, Harry —dijo débil.

— ¡No te mueras, Niall! — le gritó entre lágrimas — ¡Ayúdame, por favor! —suplicó al niño desconocido.

Él, se acercó hasta Niall y lo miró, sus ojos se volvieron grandes al ver la sangre en la cabeza de niño.

— ¡No te muevas! ¡Voy por mi mamá! — el niño salió corriendo en busca de su madre.

Harry lo vio alejarse borrosamente por las lágrimas y después, regresó su vista a su amigo.

— ¡No cierres los ojos, Niall! ¡No te mueras! —lloro en súplica, tomando sus mejillas entre sus manitas.

— Tengo sueño —confesó Niall.

— ¡No, Niall! ¡No! ¡Por favor, eres mi mejor amigo! ¡No te mueras! —su llanto era desgarrador.

— ¡Corre, mamá! —se escuchó la voz de su héroe acercase.

— ¡Dios mío! —exclamó la mujer al llegar junto a los niños —. ¿Qué pasó?

— Le está saliendo sangre — aclaró Harry—. ¡Se va a morir!

— ¿Dónde están tus padres?

Harry señaló con su dedito índice a unas personas a lo lejos.

— ¡Louis, ve por ellos! —ordenó la mujer a su pequeño hijo, quien asintió y salió corriendo—. ¿Cómo te llamas?

— Ha... Harry. Él se llama Niall.

— Harry, tenemos que llevar a Niall a un hospital.

— ¿¡Se va a morir!?

— No. Niall va ha estar bien. ¡Cariño! —gritó la mujer a un hombre que se encontraba cerca de ahí con una bebé en brazo.

— ¿Qué pasa? —contestó el hombre a la distancia.

— Trae una toalla. ¡Rápido!

El hombre corrió hasta sus cosas, tomó una toalla y llegó hasta ellos.

— Dámela —ordenó la mujer.

Sólo para valientes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora