Harry no dejaba de ver al niño que se encontraba frente a él. Alto, castaño, con su short playero y su torso desnudo, con su gesto furioso mirando a los niños que los habían lastimado a su mejor amigo y a él.
De pronto, en su pecho, su pequeño corazón, se aceleró.
— ¡Que le devuelvas la pelota! —gritó molesto.
Los niños soltaron la pelota y salieron corriendo.
El pequeño héroe se acercó hasta Harry poniéndose a su altura para ayudarlo a ponerse de pie.
— ¿Estás bien? —le preguntó preocupado — ¿Te lastimaron?
Harry negó sin dejar de verlo, completamente anonadado.
— Estás lleno de arena —le limpió la mejilla tiernamente.
Harry no entendía lo que sentía, no sabía que era esa sensación en su pecho y su panza.
De pronto, Harry regresó a la realidad cuando vio a Niall en el suelo, parecía muerto –eso fue lo que pensó Harry al verlo con sus ojitos prontos a cerrarse.
— ¡Niall! —se agachó hasta su amigo — ¡Niall! —gritó moviéndole suavemente.
— Me duele la cabeza, Harry —dijo débil.
— ¡No te mueras, Niall! — le gritó entre lágrimas — ¡Ayúdame, por favor! —suplicó al niño desconocido.
Él, se acercó hasta Niall y lo miró, sus ojos se volvieron grandes al ver la sangre en la cabeza de niño.
— ¡No te muevas! ¡Voy por mi mamá! — el niño salió corriendo en busca de su madre.
Harry lo vio alejarse borrosamente por las lágrimas y después, regresó su vista a su amigo.
— ¡No cierres los ojos, Niall! ¡No te mueras! —lloro en súplica, tomando sus mejillas entre sus manitas.
— Tengo sueño —confesó Niall.
— ¡No, Niall! ¡No! ¡Por favor, eres mi mejor amigo! ¡No te mueras! —su llanto era desgarrador.
— ¡Corre, mamá! —se escuchó la voz de su héroe acercase.
— ¡Dios mío! —exclamó la mujer al llegar junto a los niños —. ¿Qué pasó?
— Le está saliendo sangre — aclaró Harry—. ¡Se va a morir!
— ¿Dónde están tus padres?
Harry señaló con su dedito índice a unas personas a lo lejos.
— ¡Louis, ve por ellos! —ordenó la mujer a su pequeño hijo, quien asintió y salió corriendo—. ¿Cómo te llamas?
— Ha... Harry. Él se llama Niall.
— Harry, tenemos que llevar a Niall a un hospital.
— ¿¡Se va a morir!?
— No. Niall va ha estar bien. ¡Cariño! —gritó la mujer a un hombre que se encontraba cerca de ahí con una bebé en brazo.
— ¿Qué pasa? —contestó el hombre a la distancia.
— Trae una toalla. ¡Rápido!
El hombre corrió hasta sus cosas, tomó una toalla y llegó hasta ellos.
— Dámela —ordenó la mujer.
ESTÁS LEYENDO
Sólo para valientes
FanficTenerlo tan cerca hacía que su corazón se acelerara. Podían pasar 100 años y su corazón se aceleraría como si fuera la primera vez. Estar abrazados en medio de la oscuridad de la noche, y no por querer ocultar su amor, sino porque era el momento más...