7. Amigos

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Niall no podía ver a Harry así. Podía sentir como poco a poco su mejor amigo, aquel chico valiente y fuerte comenzaba a desaparecer. Estaba desapareciendo tras lágrimas derramadas noches tras noche, y él no sabía cómo ayudarlo.
Cuando Niall lo necesito, Harry estaba ahí. Y ahora que Harry lo necesitaba no sabía cómo hacerlo sentir bien.
Harry se estaba llevando una parte de Niall consigo.


Louis se sentía libre y no podía evitarlo, su sonrisa estaba siempre presente en su rostro, perecía como si hubiera ganado la lotería.

Zayn no dejaba de ver a su amigo, realmente extrañado. Cuando Louis le dijo que quería salir a comer con él, le pereció muy raro, Louis no era un chico de salir a comer sólo porque sí, y Zayn lo sabía.

— Dime, Louis—habló su amigo, dejado la bebida de nuevo en la mesa—. ¿Qué mosca te pico?

Louis dejo de comer y miro a su amigo, frente a él.

— Mi querido Zayn —estaba sonriendo, no podía evitarlo—. Louis, por fin, es libre.

— ¿De que hablas?

— Zayn, ya no trabajo más para mi padre. ¡Soy libre!

Zayn sonrió ante la emoción de su amigo. Sabía lo que eso significaba para Louis, y eran buenas noticias.

— ¿Y que hacemos aquí? —preguntó Zayn recibiendo la mirada extrañada de Louis—. ¡Tenemos que celebrar!. Vamos a tomar algo.

Louis sonrió por el comentario que su amigo pelinegro había dicho con tanta tranquilidad.

Pagaron la cuenta de lo que habían consumido y salieron del pequeño establecimiento de comida para dirigirse a un bar.

— Dos cervezas, por favor —pidió Zayn, una vez estado frente a la barra.

Después de unos minutos, el barman les acerco las bebidas.

— Por tu libertad —Zayn levantó la botella.

Louis levantó la botella de vidrio, brindando.

Ambos pasaban un buen rato, entre bebidas, platicas y la música del lugar.

— Mañana iré a la universidad por mis documentos — dijo bebiendo el último trago de su tercera cerveza.

Su amigo no había dejado de verlo desde que el castaño había emitido aquella oración que parecía sacada de una película dramáticamente motivadora "La libertad tiene un precio, a veces muy caro. Pero ¡vamos! ¿Quién no quiere ser libre?".

Es una pena. Una parte de mi quería terminar la carrera y tener un título universitario —dijo con la mirada perdida, tratando de encontrar algo en su mente—. Pero no se podrá —miró a su amigo aún atento a todas sus palabras.

— Me hubiera gustado terminar la universidad contigo —dijo realmente honesto.

El chico dio un trago a su botella acabando el contenido.

— ¡No te preocupes! —dijo en tono divertido el castaño y colocando su brazo sobre los hombros del otro—. Seguiré estado enamorado de ti. Cuando termines la universidad podremos casarnos. Luego tú irás a trabajar, mientras yo te espero en casa para darte amor en la cama —le guiño un ojo coquetamente.

Sólo para valientes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora