WANT YOU BACK. |JohnTen|

8.

•Un poco muy triste•

– ¿Cómo? – Taeyong murmuró y le prestó su completa atención de nuevo, acariciando su espalda un par de veces para que pueda mantenerse tranquilo al querer hablar.

– hace más de un año, en un día que parecía perfecto, los cuatro habíamos ido al parque de diversiones favorito de los niños. – empezó a contar, manteniéndose en la misma posición cerrando sus ojos teletransportándose mentalmente a ese bonito y fatídico día. - comimos muchos dulces y nos reímos como nunca antes, jamás me había sentido tan feliz con mi familia. ¿sabes? – Chittaphon volvió a soltar lágrimas al recordarlo, mirando ahora hacia el cielo con el labio inferior algo tembloroso, jurando que Taeyong seguía a su lado. – pero en la noche..discutimos, ni siquiera puedo recordar cómo fue que empezó, los niños ya estaban dormidos y el y yo estábamos en la sala, fue muy de pronto que dejamos de estar tranquilos y nos gritamos tantas cosas que siento que me rompieron desde adentro. – el tailandés tomó una pausa para intentar respirar mejor entre sus lágrimas y sollozos tragados. – el me dijo que pensaba que todo ese tiempo yo..no lo había amado en verdad, que nunca supe amarlo como prometí que lo haría cuando éramos adolescentes y empezamos a salir pensando que todo acabaría tan pronto un desastre ocurra, pero no fue así ¿sabes? hubieron un montón de problemas y yo siempre estuve ahí junto a él porque lo amaba con tantas ganas que sentía que iba a explotar, olvidaba todo lo malo si el estaba a mi lado, pero no podía soportar que el dijera ese tipo de cosas, el no quería escucharme y sólo se estaba escuchando a él, no me gusta gritar y odio escuchar a la gente gritar, creo que no he vuelto a gritar en serio después de ese día, dejé salir tantas cosas y tantas mentiras que si me escuchara de vuelta en ese día probablemente me desconocería. A veces me gustaría regresar en el tiempo a cuando tenia catorce años y acepté ser su "ratoncito"..tal vez todo hubiese sido diferente si yo hubiese enseñado más mis sentimientos o si en vez de pelear hubiésemos hablado tranquilos esa noche, sólo quería que el entendiera lo mucho que lo amaba y sigo amando, no lo puedo dejar ir, por más que quiera que se vaya, siempre terminaré corriendo detrás de él para poder tener aunque sea un rato más a su lado.

Sintió unos brazos rodear su espalda, acomodándolo en el espacio de dos largas piernas que se abrieron a sus costados, el agradable aroma a la colonia lo hicieron escupir todos esos sollozos, escuchando algunos parecidos cerca de su oído, John estaba ahí, con el rostro escondido en el cuello del tailandés, inhalando su aroma mientras lágrimas recorrían sus mejillas también.

Mientras Chittaphon lloraba al llegar, Taeyong le mandó un mensaje a Jungwoo para avisarle que el chico estaba con el y que le avisara a los niños y a sus amigos que el tailandés estaba bien. No estaba en sus planes que le llegaran casi treinta mensajes de Doyoung en dos minutos diciendo que John había llegado con Jungwoo hasta esa casa y quería ver a Chittaphon, se había levantado cuando el tailandés estaba empezando su "historia" dejando que John pudiera oírlo.

Ahora Taeyong estaba parado en la puerta, y si, también estaba llorando, tenía que dejar ir a Chittaphon, por más que le doliera, jamás podría ser suyo, el amor que tenía frente a sus ojos era el único que podría ser real para el adorable tailandés, los dejó solos ahí y bajó hasta el primer piso, Taeil lo esperaba al final de las escaleras, recibiéndolo entre sus brazos y escuchándolo llorar en su hombro sin poder retener ese doloroso sentir.

La ex pareja lloraba sin parar, pero su posición había cambiado, John seguía teniéndolo entre sus piernas pero ahora la mejilla del más pequeño estaba pegada a su pecho y sus brazos rodeaban su torso pegándose a él mientras no podía dejar de sollozar y de soltar lágrimas que humedecían el material de su camiseta. El suave cabello oscuro del tailandés era acariciado por los largos dedos de John quien escondía su nariz entre ellos, ambos dejaron de llorar al rededor de diez minutos después, estaban abrazados escondiéndose en el otro pensando que en ese momento eran lo único que necesitaban.