El cielo e infierno estaban hechos un caos, sin rastros de que alguna vez hubiera existido equilibro, paz o siquiera tranquilidad entre ellos.
Dios observaba como su pequeño arcángel Miguel dirigía otra legión de ángeles a enfrentar a los guerreros de Cimejes, el cual ni siquiera se veía por ahí.
Hacia apenas un día había iniciado el caos, cuando al menos tres de las veinte legiones a cargo de Cimejes apareció, escupiendo veneno, sedientos de sangre, pero no cualquier sangre, ellos querían la de sus preciados ángeles.
Imperdonable, esto en definitiva era imperdonable. No lograba entender el motivo de su repente ataque, aunque tenía la leve sospecha de que esto simplemente era una distracción.
Había enviado a uno de sus Serafines a investigar en lo profundo del infierno, buscando explicaciones, buscando que dieran la cara y resolvieran el desastre, o simplemente él iba atener que interceder.
Sus pequeños arcángeles y ángeles en la tierra estaban tratando de mantener las cosas en equilibrio, mas por los fuertes sonidos provenientes del cielo y la gran tormenta que se desataba en todo el mundo, supieron que nada había mejorado, y que su Dios justo y bondadoso estaba enfureciendo con cada segundo que pasaba.
Vio como el Serafín que había enviado se acercaba a toda velocidad, su rostro cargado de preocupación y malas noticias.
– Majestad. - Saludó con una reverencia. – Hay fuego en todas partes. Los demonios de primera categoría están discutiendo entre sí, tampoco hay señal de Luzbel por ningún lado, intentaron localizarlo, pero no se le encuentra, se piensa que tal vez esté en la Tierra. De camino al infierno pasé por la circulo de castigo de Astaroth, hay demonios y querubines rodeándola, también fuertes rugidos escuché provenir del lugar. Parece que está intentando escapar, pero lo están deteniendo por orden de Belcebú y Cimejes.
Su ceño inicial, se hacia más profundo ante lo informado por el Serafín, su rostro tornándose aún más agrio al ver como su Serafín Metatrón se unía a Miguel, para combatir con la legión de demonios que se acercaban, demonios que estaban a cargo de Astaroth, esta vez.
Confiando es sus ángeles, arcángeles, querubines y serafines, se desplazó camino al infierno.
Al llegar al palacio de los príncipes del infierno, encontró a Lilith contra el suelo, con un labio roto y a Belcebú sobre su cuerpo en el piso, el demonio no se veía de muy buen genio, su habitual tranquilidad se había esfumado sin dejar rastro.
Los demonios al sentir al sentir su presencia se giraron a encararle, a la defensiva, pues a pesar de haber abandonado en acto de rebeldía a quien fue su Dios, guardaban cierto temor y respeto, porque conocían a la perfección que a pesar de que él no puede exterminarlos, sí puede infringirles dolor, un dolor del que solo habían conocido a alguien ser capaz de soportarlo sin antes ser reducido a cenizas, Astaroth.
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Mi Suerte | JinSu - YoonJin |
Short StoryEl sonido del paso fino, la lluvia y la oscuridad, me dicen que está aquí... Una vez más. -Tú... Parejas: JinSu - YoonJin NamSeok - HopeNam Por el mes de octubre. Inicio: 01/10/2020 Terminada: - Historia corta, que debería de ser terror pero no...