C̶a̶p̶i̶t̶u̶l̶o̶ 1̶4̶

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Helena

Después de la escuela decidí ir a mi empleo en la biblioteca mientras Sadashi se iba a la cafetería.

Al menos podia estar en un mundo donde no estaba la realidad golpeándome la cara.
Tenia tranquilidad.

Agarro los libros sobre mi mesa que habían dejado los lectores de la biblioteca y con el carrito me fui a los estantes para dejarlo en su lugar.

Mientras dejaba los libros, apreció una sombra tapando mi campo de visión y veo a James, con una sonrisa coqueta.

—hola linda. ¿Como va tu día? — y se recuesta en el librero.

¿No se va rendir?

—pues mal porque ya te vi— contesté rodando los ojos.

Escuche su risa y creo... que no estaba mal.

—siempre graseosa. 

—mira, estoy trabajando y no tengo tiempo para que me estés coqueteando.—otra vez escuche su risa. 

—como dije, siempre graseosa, queria venir por un libro, se llama El disfraz, es para mi clase de lectura.

Mmmm.
Ese libro...

—lo  conozco, espera, ahora te lo traigo.

Voy caminando y encontré ese dichoso libro.
Su pasta color negro, y la historia curiosa tras una portada.
Este libro que me trajo suspiros y sueños, acompañado con esperanza.
La historia es increíblemente hermosa.
Pero solo lo entiende alguien con alma de poeta, un zopenco como él no sabría apreciar una obra de arte como esta.

Pero el se encontraba a mi lado.

—bueno, aqui esta— se lo doy, estoy apunto fe irme cuando..

— es bueno este libro.

—¿eh? —lo mire confundida.

—me gusta mucho porque aveces nos da miedo ser nosotros mismos por el temor de ser rechazados y sin darnos cuenta podemos construirnos una armadura que hace que nos sintamos seguros, sin nadie que nos dañe. —mirandome.

Me sentía vulnerable.

No podía creerlo.

¿James? ¿El habia descubierto el secreto de ese libro?

—por tu cara veo que no esperabas mis palabras —me contesta medio burlón.

Sacudo mi cabeza tratando de ordenar mis ideas.

— solo es algo fuera de lo común —trato de no darle importancia.

El sonrió divertido, se acerco un poco a mi y dijo:

—me alegra que te sorprenda, talvez vale la pena leer libros si puedo dejarte sorprendida. — me guiña un ojo y se va.

La biblioteca me esta haciendo daño...

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Le cuento a Sadashi mientras me acompañaba a mi casa.

—vaya, ese chico tiene agallas y si que te tomó con la guardia baja para que no lo golpees — se comienza a reír.

Yo solo niego aburrida.

—ahora por si no fuera suficiente mi hermano esta en la casa y tendré que ver su cara todos los días hasta que se vaya y me deje en paz.

— tu hermano es agradable, deberías crear una relación de hermanos, talvez tengas mas cosas en común de lo que crees.

Yo y ¿Asher? Nah.

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