C̶a̶p̶i̶t̶u̶l̶o̶ 3̶

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Caminábamos por la acera con un periódico en la mano y con nuestros trabajos rayados con un plumón rojo

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Caminábamos por la acera con un periódico en la mano y con nuestros trabajos rayados con un plumón rojo.

Necesitamos un trabajo porque queremos ahorrar dinero para ir a la Universidad, no queríamos ser un cargo para nuestros padres, pero si soy sincera, en mi caso seria porque no quería pedirle dinero a Jhon, mi papá, porque haré algo que sé que no quiere que yo estudie.

Me proponía estudiar Literatura Inglesa en la universidad de Harvad, es mi sueño desde muy joven.

—Helena, aquí dice que en una cuadra hay una cafetería y están buscando empleados —me dice mientras mira el periódico.

—supongo que esta bien —me hubiera encantado trabajar en una biblioteca.

Entonces llegamos al lugar, abro la puerta y suena un tintineo.
Entramos al lugar y huele a café, realmente relajante.

En eso vemos a una chica de cabello castaño limpiando con esmero esa mesa.

—oye chica ¿se encuentra el dueño? —pregunto sin delicadeza, directo al punto.

Mientras Sadashi me miraba con reproche.

Esta me mira con el ceño fruncido y se cruza de brazos.

—esta en su despacho. Ahora lo llamo— diciendo esto se va, dejándonos solas.

No puede ser, si trabajo aquí es obvio que conviviré con esta chica.

En eso sale un señor regordete, cuando lo vi quize carcajearme, es que parece una pelota de playa.

Es bajito, tiene un mostacho en su labio superior, cuida mucho su bigote, esta con ropa formal, ¿encerio? ¿Solo por esta cafetería? .

—buenas tardes señoritas ¿vienen por el empleo?  —pregunta el señor animado.

Ambas lo miramos y asentimos.

—Debo decirles que solo tengo una vacante, lo siento, ¿quien de las dos se quedará? —nos mira ambas.

Entonces Sadashi me mira, parece que en verdad quiere el empleo y no la culpo porque este lugar queda cerca a si casa, además que tiene paciencia y podrá soportar a esa chica que con su precensia me molesta.

Sólo suspiro y le sonrió.

—no te preocupes Sad, además este empleo no me agradaba tanto —me encojo de hombros, demostrándole que no me importa mucho.

El señor se queda hablando con Sadashi mientras yo me hago a un lado dejándolos conversar.

En eso veo que entra a la tienda Mark Tomilson con una mirada de cansancio.

—¿Mark? — me encantaría decir que eso lo dije en mi mente.

Él de lo cansado que esta me voltea a ver sorprendido y se acerca donde estoy.

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