C̶a̶p̶i̶t̶u̶l̶o̶ 2̶

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No es como si estuviera interesada pero miraba la multitud que gritaba en las gradas, con fuego en su mirada y sus voces que se rompían en cada grito que daban por el equipo

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No es como si estuviera interesada pero miraba la multitud que gritaba en las gradas, con fuego en su mirada y sus voces que se rompían en cada grito que daban por el equipo.

Estaba en las gradas de la escuela mirando a nuestra escuela jugar un partido de basquetboll, nuestro equipo eran los que vestían esa camiseta azul con franjas blancas a los costados.

Ellos estaban llenos de sudor, que asco, lo ultimo que ellos pensaban es si estaban llenos de sudor, trataban de ganar como diera a lugar porque ya acaba su tiempo.

Entonces viene alguien corriendo a toda velocidad, como si fuera una bala, todos nos quedamos impresionados mirando como ese chico de cabellera ondulada y sonrisa de infarto como decían las chicas metía un cesto a la canasta asi ganando el partido.

Todo el mundo se para y comienza a gritar desde sus asientos, gritando el nombre del jugador estrella.

<Mark Tomilson >

Es el chico mas popular de la escuela, con tan solo 17 años había conseguido varias medallas que colgaban en las vitrinas de la escuela, con esa fama logró que varias chicas posaran su vista en él, haciéndolo uno de los chicos mas codiciados, es un mujeriego de primera,  que horror, aun no comprendia como mi amiga estaba enamorada de ese sujeto.

¿Se acuerdan de Sadashi?  Ella esta enamorada de él desde que tenemos nueve años, no encontraba el valor para decirle sus sentimientos.

Entonces veo una cabellera rubia que opaca toda mi visión, este abraza con fuerza al moreno de Mark, con una sonrisa ancha y feliz por él, no era de adivinar que esos dos eran mejores amigos, toda la escuela lo sabía, Mark solo se reía y apartaba al rubio de su lado para chocar los puños.

Y ahí se encontraba Josep, el segundo mejor jugador despues de Mark, porque a él le importaba más sus notas que el deporte pero eso no significa que no lo hiciera muy bien.

Esa sonrisa cálida y ese comportamiento de chico bueno había conquistado el corazón de muchas chicas pero él es demasiado despistado para darse cuenta.

—Helena, ¿me esperas en la salida?  Voy al baño, en un rato voy— me hace señas para que me vaya.

Yo solo me encojo de hombros y bajo las gradas hasta llegar a los pasillos de la preparatoria, están llena de alumnos eufóricos por el partido pero no les tomo importancia.

Me preguntaba como mi vida había cambiado desde mis cinco años, yo pretendia llevarme bien con mis compañeros pero ellos se burlaron de mi y la salida mas fácil es hacer que me respeten, los comenze a poner apodos, haciéndoles bromas pesadas, gritándoles todo el tiempo y no olvidar mi mal humor con mi sarcasmo.

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