C̶a̶p̶i̶t̶u̶l̶o̶ 8̶

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Estaba en la escuela, corriendo con Mark a mi lado, nos pasamos del entrenamiento al curso de actuación, espero que la profesora tenga buen carácter.

—otra vez se nos hizo tarde— me quejo.

— al menos tenemos justificación. — no le da importancia.

Talvez tenga razón.

Cuando llegamos Mark abre la puerta azontándola, asi provocando un ruido fuerte, haciendo que todas la miradas se posen en nosotros.

¡Que vergüenza!

—disculpe por la tardanza profesora — digo apenado —teníamos entrenamiento.

Espero me entienda.

Mientras nos acercamos al  escenario la profesora camina rápido donde nosotros y me agarra de los hombros.
Pero ¿que?
 

—¡tú!, serás mi nuevo Romeo, eres perfecto, tienes la mirada noble y de apariencia bien parecida —exclama ella.

—¿y-o? —tartamudeo.
Es lo único que se me ocurre decir.

—obvio que si, mis instintos no se equivocan hijo. —le guiña un ojo y después mira toda la clase — chicas ¡aqui el nuevo Romeo!  — me señala.

Esta que me quema la cara ¡genial!.
Mark me mira burlón y cruzados de  brazos mientras todas las chicas me comienzan a rodear y chillar, pero que molestoso, solo me queda sonreír por cortesía.

En eso toca el timbre y veo que una chica sale apresuradamente.

Helena...

Hablando de ella, no me levantó para llevarla a casa.

¿Que clase de chico soy?  No la acompañé a su casa, pudo pasarle algo, era de noche, tengo que ir y pedirle disculpas.

Ademas estaremos juntos para el campamento, tengo que llevarme bien con ella sino esto será un infierno.

—Hermano, eres lo máximo— se ríe Mark — ‘el nuevo Romeo ’— exclama burlón.

—gracias— respondo sarcásticamente.

Me acerco a la profesora y voy a tratar de aclarar las cosas, hubo una confusión.

—profesora, disculpe, creo que hubo una confusión — ella que estaba hablando con unos alumnos, voltea y me mira.

—¿que? ¿que confusión puede haber? Tú eres Romeo, lo dije.

—y ese es el problema, yo no quiero ser ese papel — me quejo.

Ella frunze el ceño.

—¿porque no me lo dijiste antes? — se cruza de brazos.

—porque me tomó por sorpresa, además no quería rechazarla en publico — le explico.

—mira— suspira— necesito tu ayuda, te veo como un gran candidato para ese papel y sé que los gestos que hagas en la obra te saldrá de manera natural —me agarra el hombro.

—pero yo...

—porfavor, para mi es importante, te lo agradecería bastante — me mira suplicante.

No haga eso...
¿Porque me pide eso?  No quiero ser Romeo, voy a comportarme cursi y nose a quién besaré, pero la profesora en verdad necesita mi ayuda.
Puedo escuchar a Helena decirme <samaritano>; tal vez tenga razón.

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