Ecos del Pasado y Presagios del Futuro

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La batalla interna en la mente de Izuku continuaba sin tregua. La figura misteriosa que lo había acosado durante noches parecía ganar fuerza con cada golpe, con cada palabra. La oscuridad envolvía su subconsciente, desdibujando los límites entre la realidad y el miedo más profundo que llevaba en su interior.

Izuku se encontraba en un espacio infinito, donde no había horizonte, solo un vacío que absorbía toda luz. Frente a él, la figura oscura avanzaba, cada paso resonando en su mente como un eco sin fin. Aunque no podía ver su rostro con claridad, sentía el peso de una presencia que no pertenecía a este mundo, algo que no debería existir en su mente.

—Midoriya, ¿cuánto más crees que puedes resistir? Cada día que pasa, te vuelves más débil. No puedes luchar contra lo inevitable.

 —No voy a ceder. No necesito tu poder, puedo seguir adelante sin ti.

Las palabras de Izuku resonaron con una determinación que, aunque firme, se veía debilitada por la fatiga. La figura oscura sonrió, una mueca que no se veía pero que se sentía en cada rincón de la oscuridad. Alzó una mano, y de ella surgieron hilos de sombra que se enredaron alrededor de Izuku, intentando aprisionarlo.

 —Tu resistencia es admirable, pero inútil. Mira a tu alrededor, Midoriya. Estás solo, atrapado en un mar de oscuridad. No puedes escapar, no sin mi ayuda.

Izuku luchaba contra los hilos, pero cuanto más se esforzaba, más apretaban, inmovilizándolo. Sentía que el aire le faltaba, que la esperanza se desvanecía. Pero en ese momento, algo dentro de él comenzó a brillar, un pequeño rayo de luz que se negó a ser apagado.

 —No... no estoy solo. Tengo amigos, tengo a las personas que creen en mí. No puedo dejar que esta oscuridad me consuma.

La luz en el interior de Izuku comenzó a crecer, emanando de su pecho y extendiéndose a través de los hilos que lo aprisionaban. La figura oscura retrocedió ligeramente, sorprendida por la resistencia que mostraba Izuku.

 —¿Aún te aferras a esa esperanza inútil? Es solo una chispa en medio de un abismo. No puedes ganar.

 —Tal vez no pueda, pero no voy a rendirme. No puedo permitirme perder.

Con un grito de esfuerzo, Izuku liberó una onda de energía desde su cuerpo, rompiendo los hilos de sombra que lo ataban. La luz se expandió, iluminando el vacío a su alrededor y haciendo que la figura oscura se desvaneciera en las sombras. Pero incluso mientras la figura se disipaba, una sensación de inquietud permanecía en el aire. Izuku sabía que esta victoria era solo temporal, que la oscuridad no se había ido, solo había retrocedido, esperando su momento para volver a atacar.

Mientras la luz en su mente comenzaba a desvanecerse, Izuku escuchó voces a lo lejos, como susurros que resonaban en la penumbra. No eran amenazantes, pero tampoco amigables. Eran... observadoras.

Sombra 1 (voz calmada): —Interesante... el noveno portador tiene más fuerza de lo que creíamos.

Sombra 2 (voz grave): —Si logra superar esta prueba, será el momento de hablar con él. No podemos esperar más.

Sombra 3 (voz femenina): —Debe estar listo. El futuro de todo lo que conocemos podría depender de él.

Las sombras observaban desde la distancia, como jueces silenciosos. Aunque no se acercaban, su presencia era innegable, y su propósito, desconocido. Izuku, aunque agotado, se dio cuenta de que esta lucha no era solo suya. Había algo más grande en juego, algo que aún no comprendía del todo.

 —¿Quiénes... quiénes son ustedes? ¿Qué quieren de mí?

Sombra 1: —Todo a su debido tiempo, joven Midoriya. Por ahora, solo debes concentrarte en mantener la oscuridad a raya. No estás listo para lo que vendrá, pero lo estarás. Y cuando ese momento llegue, estaremos aquí.

Superior DekuWhere stories live. Discover now