Ciel Brûlant❄ MYG & PJM

5 - Vérité❄

5 seconds of summer - Ghost of you

Yoongi ha regresado a su casa después de tres días en el hospital y, aunque su cuarto está algo cambiado para adaptarse a sus necesidades, hay algo mas que le molesta. Desde que despertó su madre alfa a estado rara con él, como recelosa o posesiva en torno a su persona, incluso con los doctores que tenían que atenderlo. Él es un alfa y hace bastante dejó de ser un cachorro, así que puede tener una idea de lo grave que es la situación, solo mirando la manera en que su madre se comporta.

MoonByul nunca ha sido cariñosa; o medianamente táctil.
Ni con él, ni con sus hermanos, a pesar de que Hoseok es un omega extremadamente dulce y TaeHyung un cachorro de nueve años que pide mimos y arrumacos todo el tiempo.

Siempre ha sido su madre omega, YongSun, quien se ha ocupado del aspecto afectivo en la crianza de los tres; con limitaciones muy marcadas en tanto a él, por ser el heredero. Y Yoongi está perfectamente bien con eso, él tampoco sabe ser afectuoso con los demás y es mas de esperar a que la otra persona sea quien inicie el toque. Es una de las tantas cosas que heredó de Moon.

Por lo cual no se explica porqué la alfa ha estado tan al pendiente de él, pero renuente a hablar sobre lo que pasó.

Yoongi no recuerda qué ocasionó que terminara en el hospital, pero el dolor de cabeza y las vendas le confirmaron que fue agredido. Mas, ¿quien se atrevería a atacar a un Min en su propia casa? ¿Quién estaba tan fuera de su mente que se aventuró contra él? Y lo mas preocupante, ¿qué estaba haciendo él que no pudo impedir el ataque?

Yoongi ha sido duramente entrenado desde muy joven, y se le considera bastante bueno en la mayoría de los deportes de defensas. Lo que es mas importante, su fuerte presencia alfa es casi aplastante para los de su rango. Sobra decir que no cree que exista un beta u omega que quiera atentar contra él o, en su defecto, que lo logre.

Pero el golpe está ahí. La evidencia del ataque le hace palpitar su sienes y lo hace gruñir de rabia e impotencia. Y sus madres solo cambian de conversación cada que insiste en saber la verdad, haciéndolo aun mas molesto e inquieto, porque su lobo sabe que pasó algo.

Su alfa continua gruñendo inquieto en su pecho, como si quisiera salir corriendo a buscar algo. Dando empujones y rasguñando como si pidiera salir y Yoongi quiere entenderlo. Pero, por primera vez desde su presentación, parece haber una barrera entre su despiadado lobo negro y él. Como si la bestia estuviera resentido con él por algo.

Y las respuestas a todo llegan cuando ya han pasado cuatro días desde su regreso a la casa, y el doctor Wang le comenta que ya puede comenzar a moverse. Sus músculos duelen de tanto reposo, pero Yoongi agradece la rapidez de curación que le ofrece su naturaleza alfa. Aunque esté entumecido y dolorido, pudo ser mucho peor.

Sale de la cama y planea caminar por toda la casa y sus alrededores hasta que oscurezca, porque de ninguna manera va a volver a recostarse. Quizás pasaría un tiempo con sus hermanos, eso siempre mejoraba su ánimo, o iría a su oficina a revisar algunos papeles.

Mas todo deja de tener importancia cuando puso una mano en el pomo de la puerta de su habitación para salir, y una especie de corrientazo atrapó su cuerpo sacudiéndolo por entero. Su respiración quedó estancada en alguna parte de su garganta cuando, al mirar de nuevo la puerta cerrada, recordó un fragmento de algo que no parecía un sueño.

Un cuerpo joven y dispuesto, una bata de tela finísima, gemidos y piel. Tanta piel, tocándose entre los mas delirantes roces, mientras unos ojos azules lo miraban solo a él.

"¿Pero qué-...?" murmura, sin atreverse a moverse de donde está. Se queda mirando la puerta por minutos enteros, esperando recordar mas, pero no parece surtir efecto. En su lugar, el dolor de cabeza se empeora y su lobo se vuelve aun mas molesto en su pecho. Al parecer el animal exige salir de nuevo y Yoongi simplemente sabe que no puede complacerlo.