Heimdall es el dios guardián en la mitología nórdica, también recibe el nombre de dios blanco por los vestidos blancos que le caracterizan, su armadura era de un blanco metal muy brillante y una espada del mismo metal e igual brillo y poder. En sus manos está la responsabilidad de cuidar de todos los dioses nórdicos y del palacio de Asgard, Midgard y de Bifrost, pues desde su origen ya venía destinado para ser el mejor guardián. Además de ser el dios guardián también se le reconoce como el dios del orden por ser quien se encargó de establecer el orden humano y resguardar el orden divino, algunos atribuyen a esta virtud el hecho de tener sus diferencias con Loki ya que este es el dios del caos.
Señala la leyenda en la mitología nórdica que el dios Heimdal es hijo del dios Odín y las nueve doncellas de las olas, estas eran nueve bellas gigantes con quien Odín se desposó, las gigantes se combinaron entre sí y trajeron al mundo a Heimdall, cada una de ellas lo alimentó, recibiendo así la fuerza de la tierra, la humedad del amor y el calor del sol.
Justo en el momento en que Heimdal llega, se consigue con todos los dioses reunidos en torno al maravilloso puente arco iris que une a Midgard y Asgard, el cual pasa por el poderoso árbol llegando hasta la fuente de Mimir. A los dioses les preocupaba la forma en que iban a proteger tanta belleza y majestuosidad, estando Heimdall allí los dioses deciden colocarlo como guardián y le entregan una poderosa espada y un cuerno con el que avisaría la llegada de algún enemigo.
Con un cuerno llamado Gjallarhorn, que le regaló Odín, anunciará el combate entre dioses y gigantes, después del cual sobrevendrá el fin del mundo, el Ragnarök. Heimdal intervendrá en la lucha, Heimdall logra dar muerte a Loki, pero este a su vez también le da muerte. Aunque Heimdall será símbolo del Poder porque será el último dios en caer en el Ragnarök.
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