Infiltra2 [KaiSoo] [HunHan]

1.Encontrando a KyungSoo

Una docena de botellas de soju adornaban el piso de la habitación; incluso se podían ver una que otra cucaracha caminando entre estas. La suciedad que había en el lugar indicaba que quien vivía allí lo hacía en la suma pobreza, o quizá era un nómada que estaba huyendo de la civilización.

El lugar era pequeño; aunque acogedor se veía totalmente rústico. Daba la idea de que estabas en la cabaña de un cazador, pero no era un cazador precisamente quien la habitaba sino un KyungSoo que bajan al pueblo una vez a la semana a buscar alcohol y una que otra lata de comida para no morir de hambre.

El pequeño hombre yacía encima de un sofá rústico y viejo. Estaba completamente dormido, o ebrio ya que abrazaba con todas sus fuerzas una pequeña botella de soju semivacía. Su ropa lucía vieja, como si no se hubiera lavado en meses. Su barba negra tenía varios centímetros de largo y su pelo desordenado y negro le caía por encima de los hombros.

En la habitación no había adornos de ningún tipo. Solamente se podía ver ese feo sofá, una mesa pequeña que servía como soporte para más botellas de alcohol y una chimenea con un fuego tan leve que estaba a punto de extinguirse.

Un ruido en el exterior de la casa sobresaltó al borracho, quien se levantó de un tirón y cogió al rifle que tenía a mano. Con paso ligero se encaminó hasta la ventana y corrió la cortina un poco para mirar hacia afuera sin ser visto. En el exterior la nieve caía levemente y ya se había convertido en una capa blanca que se levantaba casi medio metro del piso.

Do KyungSoo pudo ver dos figuras moviéndose en el exterior. Por un momento pensó que era el alcohol jugándole una mala pasada, pero luego se retractó ya que una de las figuras corrió a esconderse detrás de un árbol grueso en el camino hacia la cabaña. Dio un sorbo largo a la botella de soju que tenía a mano y se puso su gran abrigo para taparse del frío del invierno.

Había frío, bastante.

Una vez fuera de la cabaña volvió a sorber el alcohol de la botella dejándola vacía de una vez. Apunto su rifle hacia donde había visto la figura moverse anteriormente y sin pensarlo dos veces disparó. El estruendo del sonido espantó un par de aves, ardillas y otros animales que estaban cerca de allí. La bala no dio donde apuntó, ni KyungSoo mismo supo donde había ido a parar, pero surtió efecto ya que las personas que se escondían rápidamente hablaron desde sus escondites.

-No dispares, por favor. Estamos aquí en son de paz. -la voz que habló le pareció conocida a KyungSoo, pero debido a los meses de auto recluirse del mundo exterior no le prestó mucha atención.

-Largo d-de mi p-propiedad. -logró decir en su estado alcohólico. Se tambaleaba hacia adelante y hacia atrás cono si estuviera a punto de caer.

-Estamos buscando a un hombre. Un amigo. -dijo otra voz la cual se ganó otro disparo de parte del dueño de aquella cabaña-. ¡Mierda! Podrías bajar el arma y así hablamos como personas civilizadas.

Sintieron un estruendo como si algo hubiera caído al suelo. Algo grande y pesado. Uno de los hombres que estaba escondido le hizo seña al otro para que mirara. Cobarde al fin no hizo caso y regresó la seña a su compañero. Finalmente estuvieron de acuerdo en salir ambos a la misma vez.

-Está bien señor. Vamos a salir los dos con las manos en alto, pero por favor, no dispare. -y contaron. Contaron hasta tres hasta que solamente Kim JunMyeon salió de su escondite cuando debían haber salido ambos.

El hombre del rifle estaba tendido a la larga encima de la fría y blanca nieve. JunMyeon le hizo seña a su compañero de que podía salir. Con paso lento y sigiloso se acercaron al hombre. Se protegían de no caer en una trampa, ya que el hombre podía estar fingiendo. Le patearon el muslo de manera suave, luego tocaron sus costillas con el mismo pie, pero lo único que pudieron recibir fue un ronquido ensordecedor de parte del barbudo armado.