Cuarta taza

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Me dolió tanto ver como te llevaban en esa ambulancia, Justin Bieber.

O Jason McCann, quien quiera que seas.

La gente decía que tal vez tenías un derrame cerebral.

Mi corazón se detuvo.

Mi jefe, quien ha visto tu comportamiento en la cafetería me dijo que lo más probable era que presentabas un trastorno de la personalidad disociativo.

Por eso le ponías un nombre diferente a tu café cada vez que venías.

Y aún así, con tus mil defectos, y con tu trastorno...

Me quería acercar a ti.

No volviste a la cafetería hasta al cabo de una semana.

Irradiabas alegría y parecía que ni siquiera recordabas lo que pasó la última vez que entraste aquí.

—Un tiramisú latte, por favor.— Dijiste con una sonrisa en tu rostro. Me sentía como una tonta por dejar que me tratases mal un día y de maravilla al siguiente.

Pero yo necesitaba entenderte. Tenía que entenderte.

Te di tu café, en el cual me pediste que pusiera el nombre de Justin.

Me atreví a preguntar como seguías de tu dolor de cabeza. Pero frunciste el ceño y negaste recordar algo de lo que te hablaba.

Entonces pagaste y te fuiste.

Eres tan... distinto.

Cups Of Coffee ➳ jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora