Una chica de quince años llamada Abril se fuga de su casa tras ser sometida a montones de acusaciones por parte de sus padres y sus compañeros de clase, que no se dan cuenta de que ella no es feliz. Sus únicos amigos de su nueva escuela la buscan de...
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Se volvieron a vestir una vez ya estaban secos como para ponerse sus ropas. Abril se subió a la espalda de Zarbon de nueva cuenta, y él despegó a la nave de su jefe.
─¡Free-chaaaaaaaan!─ Abril golpeó la puerta del cuarto donde estaba Freezer, flotando, mirando hacia afuera a través de un ventanal grande.
─Oye, cálmate o lo vas a irritar─ Zarbon posó una mano en su hombro.
─Pssh, él me ama─ le hizo un ademán con la mano.
─¡Adelante!─ se escuchó decir al emperador.
Ambos ingresaron al cuarto cuando la compuerta se abrió automáticamente.
─¿Qué se les ofrece? ¿Encontraron una esfera del dragón?
─Bueno...─ Abril rodó los ojos, y Zarbon quitó las manos de la espalda y le mostró la esfera de seis estrellas.
─¡Pero si han encontrado una!─ exclamó feliz.
─Fuimos a la playa que hay cruzando el bosque y la encontramos dentro del agua.
─¿Entonces... Te mojaste, soldado Zarbon?─ le preguntó sorprendido.
─Sí─ sonrió orgulloso.
─Y yo que pensaba que nunca te ibas a meter a un océano por temor a que tu ropa o tu cabello se arruinen.
─Abril me enseñó que mojarse es hermoso. La temperatura del mar de la Tierra es perfecta, a comparación de otros planetas como mi hogar, el planeta Oshin.
─El hogar de Zarbon-chan...─ pensó Abril.
─Todavía recuerdo esa vez cuando te contraté como mi soldado. Tenías una fuerza descomunal, y también mate a esa niña rubia con mis propias manos.
La cara de Zarbon cambió a una de shock.
─Ah, ese día─ rió falsamente─. Sí, cómo olvidar esa felicidad de haber sido elegido como uno de sus más grandes soldados.
Cualquiera podría notar que estaba mintiendo.
─Zarbon-chan, yo...
─¡LOS WAGASHIS ESTÁN LISTOS, GRAN FREEZER!─ anunció Kisugi desde el comedor.
─Oh, ese niño ya terminó, qué placer me da oír eso─ se subió a su silla voladora y fue al comedor, dejando a Abril y Zarbon solos en aquella habitación.
─¿Vamos, Zarbon-chan?─ vio que estaba cabizbajo, y serio.
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