Una chica de quince años llamada Abril se fuga de su casa tras ser sometida a montones de acusaciones por parte de sus padres y sus compañeros de clase, que no se dan cuenta de que ella no es feliz. Sus únicos amigos de su nueva escuela la buscan de...
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Abril y Zarbon se sentaron en la cama. Zarbon comenzó a platicarle a su nueva amiga acerca de su vida anterior a su vida como soldado.
─Todo comienza cuando era un bebé. Era hijo del rey del planeta Oshin, Karak, y la reina Ruri; o sea que era el príncipe del planeta. Mi padre murió tratando de salvar el planeta de unos delincuentes galácticos cuando apenas nací. El planeta pasó a ser gobernado por mí y por mi mamá. Los habitantes eran gente humilde y pasiva. Jamás se armaban guerras entre nosotros. Éramos una comunidad feliz. Vivía cómodamente entre un montón de joyas y un palacio muy hermoso y grande. Lo tenía todo. Mi mamá era una mujer muy hermosa, tenía la piel blanca y el cabello turquesa, y era muy alta. Estábamos todo el tiempo juntos. La amaba...
─Yo sabía que eras un príncipe por toda tu joyería─ interrumpió Abril.
Zarbon rió.
─Y además de eso mi vestimenta era muy diferente a esta.
Zarbon le platicó sobre su vestimenta antigua.
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─Me imagino a ti con esa ropa, ¡y se me está por sangrar la nariz!
Volvió a reír.
─En fin, pasaron unos veinte años, quizás, y ya tenía autorización de salir del palacio. Cuando caminaba por las calles los aldeanos me arrojaban muestras de afecto como flores, tesoros, entre otras cosas. Todos me amaban, y yo los amaba a ellos.
─¿Y quién no va a amar a este hombre?─ abrazó uno de sus brazos.
Zarbon enrojeció apenas.
─Si hubieras estado en el lugar de ellos me hubieses tirado todo un árbol lleno de flores─ rió.
─No le pongas duda─ rió también.
─Bueno, vamos a seguir. Un día iba caminando por una calle oscura, hasta que encontré a una niña de cabello rubio y ojos azules. Estaba en una pequeña caja.
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