Una chica de quince años llamada Abril se fuga de su casa tras ser sometida a montones de acusaciones por parte de sus padres y sus compañeros de clase, que no se dan cuenta de que ella no es feliz. Sus únicos amigos de su nueva escuela la buscan de...
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Kisugi no sabía cómo parar el llanto de Abril, que a estas alturas podría escucharse desde la otra punta del universo. Estaba arrodillada, golpeando el suelo con sus puños. Sus ojos estaban rojos, brotaban lágrimas como si fuesen las cascadas del Niágara, y su nariz goteaba sin parar.
─¡MÁTENME!─ gritó con la voz ronca y pateó con mucha fuerza una piedra que estaba pegada al suelo. Pegó el grito más fuerte de toda su vida. Se agarró el pie que le dolía horrores y comenzó a rodar, agonizando por ese dolor tan insoportable.
Kisugi no quería seguir viendo.
─Abril, basta, por favor... Harás que yo también llore...
─¡TÚ HAS RESISTIDO TANTO TIEMPO SIN LLORAR POR LA MUERTE DE TU MADRE, POR LA MUERTE DE NUESTROS AMIGOS! ¡Y MÍRAME A MÍ: SIEMPRE LA MISMA LLORONA QUE LLORA POR CUALQUIER ESTUPIDEZ! ¡HA SIDO ASÍ DESDE SIEMPRE! ¡TÚ PERDISTE A TU MAMÁ, LOS PADRES DE IZAWA VIVEN SEPARADOS, Y AÚN ASÍ SONRÍEN TODO EL TIEMPO! ¡YO QUEJÁNDOME DE MI EXISTENCIA CUANDO LO TENGO TODO! ¡SOY UNA ESCORIA!─ volvió a romper en llanto.
─Abril, no...
─¡Kisugi! ¡Abril!
Esa voz hizo que ambos se dieran vuelta y miraran fijamente a Izawa.
─¡IZAWA!─ empezó a correr hacia él.
─¡KISUGI!─ hizo lo mismo, y los dos amigos se fundieron en un enorme abrazo.
─¡Te extrañé tanto, querido amigo!─ dijo Kisugi.
─¡Yo te extrañé como no tienes idea! ¡Después de ese día que fuimos a buscar a Abril y desapareciste creímos que te habían secuestrado!
─Y fue así─ rió─, pero estoy bien. Incluso me hicieron miembro de un ejército─ se toca la armadura.
─¡Es la armadura de ese tipo! Aunque te queda muy bien.
─Jeje, gracias. Freezer las va a pagar muy caro por lo que hizo─ apretó los dientes.
─Los chicos dijeron que escapara, me dolió mucho dejar a mis compañeros atrás, pero tenía que encontrarlos a ustedes.
─Tengo una idea, pero te la contaré después...
─¡Abril!─ Izawa corrió hacia la chica y la abrazó súper fuerte.
─Izawa-kun...─ sintió la calidez del cuerpo de su amigo.
─¡Me tenías preocupado! ¡Creí que jamás te volvería a ver!
A ella se le cristalizaron los ojos.
─L-lo siento...
─No pasa nada. Lo importante es que estás bien.
─No, enserio, lo siento─ se separó de él.
─¿Qué...?
Abril se agachó a la altura de los pies del mayor y apoyó sus manos y su rostro en ellos.
