Una chica de quince años llamada Abril se fuga de su casa tras ser sometida a montones de acusaciones por parte de sus padres y sus compañeros de clase, que no se dan cuenta de que ella no es feliz. Sus únicos amigos de su nueva escuela la buscan de...
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Abril estaba viviendo en carne propia el verdadero dolor del infierno. Y no sólo dolor físico. Ese dolor de cuando una persona equis finge ser tu amigo, y al otro segundo ya te decepcionó. Freezer la decepcionó, como un montón de personas en su mundo que ya se había derrumbado como un edificio alto en medio de un terremoto.
"El sentido de la vida es encontrar el modo de disfrutarla", le dijo Izawa una vez. Entonces, ¿valía la pena seguir viviendo si su vida estaba llena de personas que le hacían la vida de todo menos disfrutable?, ella decía que no, que no lo valía.
Toda esa felicidad e inocencia que vivió cuando era pequeña se desvaneció al entrar en la etapa más difícil y llena de todas las emociones de un ser humano: la adolescencia.
Sus padre decían que era una etapa más linda, más allá de algunos cambios emocionales. ¿Lindo? ¡¿Lindo?! ¡Todos los antónimos de lindo se notan en esa asquerosa etapa!, pensó ella. Quizás porque a ellos no les tocó atravesar todo lo que atravesó ella: ser un estorbo para los demás, ser inútil para las necesidades básicas, ser utilizada como una muñeca de trapo a la cual puedes tirar contra las paredes y destrozarla si estabas aburrido. Sí, una simple muñeca de trapo que una vez estuvo en una pieza, con la gente adecuada, pero que ahora está desfigurada, tras haber pasado por incidentes feos.
Para ella la adolescencia está llena de dolor, traición y mentiras. Deseaba ser niña de nuevo, cuando creía que era feliz.
Ahora no tenía que preocuparse más por todas esas cosas que atravesaba en su día a día: Freezer se haría cargo de acabar con su destrozada alma.
─Lo siento, lo siento, lo siento...─ repetía con las lágrimas resbalando por sus mejillas.
─¡CIERRA EL HOCICO!─ enredó el cuello de la chica con su cola, la levantó y la azotó contra el piso. Acto siguiente se paró muy fuerte sobre la entrepierna de Abril, haciendo que ella escupa sangre.
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(Imaginen que Nail es Abril).
─No necesito que hagas esas ridiculeces como llorar. ¡Deja de ser débil y muestra un poco de dignidad! Aunque de nada te servirá, porque ningún miserable humano va a vencerme nunca más. Ni siquiera el Capitán Ginyu puede contra mí.
