Una chica de quince años llamada Abril se fuga de su casa tras ser sometida a montones de acusaciones por parte de sus padres y sus compañeros de clase, que no se dan cuenta de que ella no es feliz. Sus únicos amigos de su nueva escuela la buscan de...
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─¡Por favor dejen de pelear!─ Abril se interpuso entre los dos─¿Cuál es el problema?
─¡Este mocoso me ensopó todo cuando venía a traerte tu heladito!─ señalo a Kisugi con furia total.
─¡No lo hice apropósito! ¡Yo ni siquiera sé volar! ¡Fue Freezer el que me mandó a volar dándome un colazo! Que por cierto dolió muchísimo─ se acarició el trasero.
─Por favor, Zarbon, no lo hizo queriendo. Además, no tiene nada de malo estar mojado, sigues siendo igual de hermoso que siempre─ le sonrió y lo abrazó por detrás.
Zarbon de cierta forma logró calmarse por esa muestra de afecto. Estiró el brazo hacia atrás para acariciar la cabeza de Abril.
Pero por otro lado, Kisugi se sintió un poco incómodo.
Ginyu se dio cuenta, y decidió romper el hielo:
─Por cierto, Kisugi, ¿no nos harás unos wagashis como despedida?
─Oh, es cierto que Freezer me ordenó hacer eso apenas regresara─ salió corriendo de esa habitación con rumbo a la cocina─. ¡Gracias por hacerme acuerdo, Ginyu!
─¡De nada! Cambiando de tema, deberíamos preparar una pose de despedida para el gran Freezer en el poco tiempo que nos queda, ¿no lo creen?─ le preguntó a sus hombres.
─¡Sí, jefecito!
Zarbon ocultó su rostro con su mano.
─No puedo creer que sean los hombres más fuertes del ejército y hacen esas estupideces infantiles─ pensó.
─¿No quieren mandar a volar a algún soldado?─ les sugirió Abril.
─¡Gracias por la idea, Abi!─ Jeice le tiró un beso en el aire.
Abril se puso como un tomate y Zarbon le echó mala mirada.
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─Mejor me voy antes de que el monstruo de los celos se ponga aún más celoso─ dijo Jeice para provocarlo aún más.
