❝Millionaire❞『•MinSung•』

37: ❝Familia.❞

Han JiSung

La llegada de mi abuelo fue, tal vez, el apoyo que necesitaba en ese momento. Aunque habían pasado tantos años sin vernos o saber algo el uno del otro y sabiendo que me esperaba una futura larga y seria conversación con mi abuelo, sabía que podía contar con él. O eso era lo que esperaba.

-¡Cuéntanos más!-escuché los gritos eufóricos de HaNeul y JeongIn que provenían del jardín.

Me dirigí con una lentitud, apoyándome la espalda con las manos, hacia el jardín, haciendo pequeñas pausas mientras que mi pequeña me daba unos pequeños golpecitos que alteraban mi equilibrio.

En cuanto llegué al jardín mi corazón empezó a latir con más fuerza, mi abuelo sostenía en cada una de sus rodillas a mis hijos, contándoles historias. Un sentimiento de melancolía se apoderó de mí, recordando momentos de mi infancia.

No pude dar créditos a la hermosa imagen que tenía al frente mio, igual como no pude entender cómo logró acercarse a los niños tan rápido.

-¡Papi Hannie!-gritó JeongIn en cuanto notó mi presencia-, júntate a nosotros.

Con una amplia sonrisa me dirigí hacia ellos mientras la señora que acompañó a mi abuelo, se apresuró en llevarme una silla.

-Siéntase joven-me sonrió.

-¿De qué hablaban?-pregunté y HaNeul dirigió su mirada hacia mi.

-Sobre mi padre-contestó.

Quedé completamente atónito ante tan confesión de la niña. Instintivamente busqué ayuda en los ojos de mi abuelo pero HaNeul empezó a seguir.

-¡Mi papá es un héroe!-exclamó contenta y fruncí el ceño-Dani nos contó como mi padre se fue a ayudar a algunos niños.

-Daniel, corazón-la corrigió mi abuelo con ternura.

-Neeeeh-negó HaNeul con la cabeza-. Eres el abuelo Dani-rodeó sus manos en su cuello.

Mi abuelo suspiró, sabía lo mucho que le gustaba que la gente le hablará por el nombre completo pero a HaNeul parecía no importarle. De todos modos, él no insistió, acercó más a la niña a su pecho.

-Ellie-llamó a la mujer que se había retirado lejos de nosotros y que de inmediato apareció.

-Dígame señor.

-Cuida a los niños por favor, yo tengo unas cuantas cosas que aclarar con mi nieto.

La mujer asintió y con máximo cuidado bajó a los niños de sus rodillas, invitándolos a jugar con ella. Ellos aceptaron felices. Me apresuré a ayudar a mi abuelo a levantarse.

-La amabilidad que me estás mostrando no te aliviará del discurso que te tengo preparado-dijo severo.

-No imaginaba lo contrario-respondí girando la cabeza hacía él y notando su mirada seria sobre mi.

Me sentía muy estresado, podía adivinar que mi abuelo ya había acumulado unas tantas informaciones sobre mi y mi pasado.

Decidí llevarlo dentro de la oficina de MinHo, allí íbamos a hablar tranquilamente sin que nadie nos interrumpa. De un momento a otro, lo que temía se me hizo realidad.

-Se todo-dijo inexpresivo-. Se tú pasado, y no puedo decir que estoy muy orgulloso de lo que has hecho, pero, debo admitir que tienes unas cuantas cosas que te salieron bien, como el niño, el progreso y el novio-hizo una pequeña pausa-, por lo tanto no pienso hablar mucho sobre esto, no más que una pregunta que quiero hacerte. ¿Por qué no me buscaste? ¿Por qué inventaste una nueva identidad?