40: ❝Es hora.❞

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Lee MinHo

El momento que tanto había esperado por fin había llegado, por fin la tortura iba acabar y de paso podré regresar a mi casa, a mi familia.

—¿Entramos?—preguntó Noah depositando una pistola en su chaqueta.

La policía había decidido darnos un arma a cada uno de nosotros por si llegará a suceder cualquier problema. Las órdenes eran claras, si intenta escaparse, uno de nosotros debe disparar.

Sabía que una vez que iba entrar por esa puerta mi verdadera identidad iba a ser revelada y que no habría marcha atrás. De ninguna manera iba a salir de ahí sin arreglar las cosas, era todo o nada.

—Vamos—miré la puerta vieja y negra que estaba a unos pasos de mi.

—Deja que yo entre primero—se apresuró Noah—. Mi rostro es menos conocido.

—No, te puede pasar algo, debemos ser conscientes de que puede pasar todo lo que no hemos anticipado.

—MinHo—depositó su mano sobre mi hombro mirándome a los ojos—, a mi nadie me espera en la casa, no hay quien me extrañe si no vuelvo, pero tú tienes mucho corazones que te necesitan.

No estoy de acuerdo con Noah en absoluto pero una vez que acabó de hablar se dirigió hacia la puerta, sin darme el tiempo necesario para impedirlo.

Lo seguí en el edificio lleno de oscuridad y olor asqueroso, lleno de basura.

—Demasiado silencio, ¿no crees?—giró su cabeza hacía mi, levantando una ceja.

—Algo me dice que no está bien—murmuré, agarrando la pistola y caminando atentamente hacia adelante.

Hemos pasado por un pasillo con paredes llenas de sangre, donde el aire faltaba haciéndome sentir una ligera asfixia. Noah, algo más sensible empezó a toser, me giré hacía él y le señalé con la cabeza el final del pasillo, de donde salía una luz.

Él asintió con la cabeza y una vez más se apuró en ser el primero que entra, corriendo el riesgo de ser disparado o matado.

Noah abrió la puerta con decisión y se quedó parado, girándose hacia mí totalmente desconcertado.

—No hay nadie.

—¿Qué?—pregunté nervioso caminando hacía él y entrando en la sala principal donde habían unas mesas y sillones elegantes.

—Es una trampa—me susurró Noah, enseñándome un vaso con whisky—. ¡Salgan desgraciados!

Unos largos y pesados aplausos se escucharon y de inmediato apuntó el lugar con la pistola.

—Tranquilo Lee, tranquilo—se rió YoHan quién hace poco apareció.

—¿Dónde está SungHa?—pregunté amenazándolo con la pistola.

—En Los Ángeles—sonrió irónico y me tensé.

Noah giró rápidamente la mirada hacia mí, entendiendo rápidamente el miedo que recorrió mi espina dorsal.

—Quizás nos está mintiendo—murmuró.

—Es de mala educación hablar entre dos cuando hay tantas personas aquí presentes.

Una vez dicho esto unos diez hombres salieron, rodeándonos a los dos.

Noah me sorprendió en el momento en que sacó su arma y disparó en la pierna de una persona.

—Para que noten que no tenemos tiempo para estas tonterías. ¿Dónde está SungHa?—preguntó.

—¿Están sordos o qué? Les dije que no está aquí sino en Los Ángeles—YoHan se dirigió hacia mí, negando con la cabeza—. ¿Realmente pensabas que puedes meterte con mi jefe y ganar?

—Los voy a matar a cada uno de ustedes si tocan a mi familia—los amenacé.

—¿Cómo? A ver, sorpréndeme—se rió histéricamente y todos sus hombres hicieron lo mismo—. Tú estás aquí y tú familia está allá, bajo los ojos de SungHa, ojalá él sea generoso con ellos y los mate sin hacerlos sufrir mucho.

Sin pensarlo me apodere de YoHan, agarrándole del cuello de su sucia camisa, temblando por los nervios.

—¿No sabes que ganar hay que perder?—sonrió.

Noah volvió a disparar, esta vez disparó a YoHan quien cayó de rodillas en mi, con el pie que sangraba.

—Tú—YoHan se giró hacia Noah—. También nos mentiste, pero eres un perro solitario sin nadie en el mundo, ¿que podríamos quitarte a ti? ¿La miserable vida que llevas?

Agarré la pistola más fuerte en mi mano y la apunté hacia su cabeza, cuando una voz me detuvo.

—Hijo no—gritó mi madre apareciendo de la nada.

La miré sin poder creer lo que acababa de suceder. ¿Mi propia madre se había bajado a este nivel?

—¿Qué haces tú aquí?—pregunté soltándolo y caminando hacia ella.

—Hijo—intentó acariciarme la mejilla pero la rechacé—, solamente intentó evitar un error que tú puedes hacer.

—¿Un error?—le grité—Sabes perfectamente que estos son unos desgraciados—negué con la cabeza.

—Desgraciados o no, YoHan es tu hermano mayor—soltó de repente y fruncí el ceño.

—¿Perdón?

—Él también es mi hijo—suspiró—, al igual que tú. Es hijo de una relación que mantuve con SungHa por mucho tiempo.

—Dime que yo no soy hijo de este desgraciado.

—No, corazón—intentó acariciarme de nuevo pero le agarré la mano.

—¿Quién te ayudó?—pregunté.

—Me pareció auspiciosa la manera en la cuál Jacob se alejó de JiSung, evadiendo encontrarse con él, inventado cualquier pretexto, así que le pedí a SungHa que lo siga por un tiempo.

—¿Te confesó la verdad?

—Si lo hubiera hecho ahora estaría vivo y tú avisado acerca de lo que sucede ahora mismo.

Negué con la cabeza. ¿Jacob estaba muerto?

—La foto que recibiste de JiSung y tú hija, la hice yo.

—Fuiste tú quien me adelantó—asentió con la cabeza—. Pusiste en riesgo a toda mi familia, JiSung, HaNeul, JeongIn y DalMi. ¿A todos por un maldito desgraciado?

—Lo sé hijo, pero me asegure de que mi familia estará intacta, nadie tocará un pelo de mis nietas.

—¿Y JiSung?—le volví a gritar—¿Y mi hijo? ¿JeongIn? ¡Contéstame!—giré la cabeza hacía Noah haciéndole nuestra señal.

—Mira donde te llevo ese hijo de puta, destruyó tu vida, te hizo meterte en esto—negó con la cabeza, llorando—. Lo siento hijo.

—No, lo siento yo—me alejé de ella.

La miré disgustado mientras escuchaba el tercer disparo de Noah, esta vez apuntó hacia una ventana. El tercer era la señal que la policía necesitaba para entrar en acción.

Sin tardar más de unos segundos, entraron y empezaron a detenerlos a todos los presentes. Me di la vuelta y me encontré con el jefe de la policía a quien le expliqué como nuestro plan se había ido a la mierda.

Mi madre seguía detrás de mí cuando le dije al policía:—Está mujer también.

Sin volver a mirarla me dirigí hacia Noah quien me miraba preocupado.

—Vete MinHo, yo arreglo todo lo que falta, ve a tu casa.

Sin más me vi saliendo de allí a toda prisa, sacando mi teléfono y marcando el número de la casa, esperando a que JiSung esté bien.

Marque una vez, dos veces, tres veces y nada.

❝Millionaire❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora