Capitulo 4

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Una nueva Alianza se había firmado, el rey de los ángeles simplemente aceptó el reciente tratado de paz de parte de los cazadores, quienes habían enviado al más novato para hacer de la entrega, el Ángel sagrado le permitió el acceso a su mundo más sin embargo lo escoltó personalmente hasta el Palacio.

Cuando Kim Taehyung estuvo libre, se sintió decaer ante la nueva noticia, ¿que se supone que haga ahora? Toda su vida asesino a los demonios que se atrevían a cruzar la frontera, no dejaba que ninguno de estos llegará a su objetivo de acabar con la raza de los ángeles negros.

Ahora, sin preocupaciones, el rey sin ocultar su desagrado, le pidió, en un intento de ser gentil, tomar el lapso de un mes, fuera de los límites, claramente, Taehyung se dejó instruir por su superior, sin dudar de su palabra.

Tal vez por solo esa vez debió desobedecer, tal vez, nunca debió permitir aquel tratado, por sobretodo, debió negarse a aceptar lo dicho por su rey, no debió, pero, el siendo conservador y siguiendo al pie de la letra todo lo que se le ordenaba acató la orden sin dudar.

Pasaron solo tres días y Taehyung ya estaba aburrido, la frontera sin cazadores era un lugar demasiado silencioso

–Maldito seas rey de mierda.

Para Kim no paso desapercibido la leve voz quebrada que provenía de un conducto, se le tenía informado que por aquel lugar se encontraban los calabozos del reino, lleno de curiosidad siguió sus instintos, nada bueno llegaría con su curiosidad, pero, sentía que debía averiguar quién estaba en aquel lugar.

Su rey había asegurado que el único lugar que ocupaban eran las mazmorras, normalmente era ocupado para torturar a los que intentaban destruir el Reino, así que, llevado por la duda, ingresó sigilosamente al calabozo.

–Debo beber de ti– la voz se escuchaba desesperada.

–Me haré daño.

En la celda más oscura del lugar yacía un hombre, de rasgos asiáticos, ojos color azul, piel blanca debido a su encierro, labios pequeños, cabellos dorados y alas blancas, si, alas, cosa muy extraña para Tae pues tenia entendido que estas solo se ocupaban cuando se necesitaban.

Frente la celda, un ángel negro, de cabellos oscuros, ojos marrones y piel ligeramente bronceada, ambos se veían desesperados, ya no soportando más se acerco al dúo que parecía querer arrancarse los pelos.

–¿Que hacen aquí?

Bueno, tal vez no debió sacar su espada y mucho menos acercarse a ambos como un demente, el ángel negro entró en pánico al verlo, el ángel encerrado simplemente se quedó mirándolo, podía sentir el aroma poco común en los ángeles, es dulce no agrio ni vinagreta.

–Soy Cupido– anuncio el enjaulado –el es mi esclavo.

Taehyung le miro con extrañes –¿Un Ángel de divinidades encerrado?

–Para que veas que la vida no es fácil.

–¿como? Tu deberías estar en la guerra al igual que muchos ángeles.

Cupido río con ganas –No querido, sabes que sucede, me tendieron una trampa– la sonrisa en el prisionero causó estrago en Taehyung –Yo debía asesinar a todos los ángeles sagrado de la comarca.

Los ojos de Taehyung se abrieron tanto que parecieron salirse de órbita –¿Que?

–Así como lo escuchas, a cambio de mi trabajo yo tendría en mis manos a Mark, heredero de los ángeles negros– señalo al chico que permanecía en un rincón –La tentación es fuerte cuando se trata de amor.

–¿Amor?

Los ojos curiosos de Taehyung llenaron de perversidad a Cupido –Se cual es tu destino, rey de los ángeles– Tae hizo una mueca –El único hijo de la Luna, quien debe amar y ser amado.

–¡Mientes! Mi único propósito en este mundo es proteger a mi especie.

Cupido empezó a reír sin gracia alguna –Te lavaron el cerebro Kim, pues tu verdadero destino esta lejos de este reino maldito, buscando personas que te amén tanto como tu las amas, tu destino esta más allá de lo que ellos te limitan.

–¡Deja de mentir!

–¿Crees que soy capaz de tal cosa? La mentira solo trae más mentiras, si tu quieres creer, adelante créeme, pero, te daré una advertencia...

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Taehyung corría lejos de aquella celda, el Ángel negro le seguía agonizante debido al trayecto, a lo lejos se escuchaba a la guardia del Reino, siguiendo sus instintos de protector, abrió un portal que lo conducía a el mundo de los mortales, tomando al muchacho lo arrastró con el lejos del Reino.

–¿A donde iremos?

Tae miro al esclavo de Cupido, dando un suspiro señalo la ciudad –Por el momento es más seguro que vivas aquí.

Peligrosa TentacionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora