🌙Nota: Esta historia se encuentra editada y reescrita. Si leíste su primera versión te recomiendo volver a leerla y disfrutar de una mejor historia.
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❝ 𝕻𝖔𝖗 𝖈𝖆𝖉𝖆 𝖊𝖘𝖙𝖗𝖊𝖑𝖑𝖆 ❞
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"Cobarde".
Esa era la palabra con la que Draco Malfoy se identificaba en ese momento. A pesar de que ella le reveló la existencia del basilisco, él le ayudó a descifrar el resto y a encontrar la entrada de la cámara de los secretos, pero a pesar de todo, la dejó ir porque estaba demasiado asustado como para acompañarla con sus amigos tontos.
No tenía ni la menor idea de qué hacer. Sostenía únicamente el collar de Adhera enrollado en su mano mientras sus palabras resonaban en su cabeza.
"Volveré, lo prometo. Siempre volveré".
Mientras tanto, varios metros debajo de él, una serpiente y un león sujetos de la mano, listos para enfrentar cualquier cosa que pudiera estar al otro lado de la entrada. Adhera podía ser muchas cosas, pero cobarde no era una de ellas. Si tenía que enfrentar algo sola, lo haría, a pesar de que eso la hiciera parecer demente. Su corazón latía con fuerza mientras sostenía su varita y avanzaba junto a su mejor amigo. Harry corrió en dirección a la niña de cabellos de fuego, mientras ella observaba en todas direcciones posibles, esperando algo peor.
El lugar le resultaba extrañamente familiar.
—No despertará —dijo una voz.
Un joven emergió de las sombras, con cabello negro, ojos claros y bastantea apuesto. Se acercaba a ellos a paso lento.
—¿Quién carajos eres? —inquirió Adhera, apuntando su varita hacia él.
—Tom. Tom Riddle. —afirmó Harry, haciendo que la ojiazul lo mirara con desconcierto. —¿Qué quieres decir con que no despertará? ¿No está...
La niña bajó su varita inconscientemente, observando atentamente al joven frente a ella. A quien confesó su dolor.
—Todavía está viva, pero morirá.
—No eres un fantasma, ¿qué eres? —preguntó Adhera nuevamente.
