Se besaban con desesperación, como sí el mundo fuese acabarse segundos más tarde, él la restregaba contra si mismo y ella lo mantenía unido a su cuerpo con un fuerte agarre en su nuca.
Ambos estaban expuesto a qué el otro hiciera algo en su contra, pero eso parecía importarles muy poco.
Ellien la agarro de las piernas y la subió encima de la mesa sin dejar de besarla, era un beso adictivo que por más que quisieran, no podían parar.
Él sintió la gran necesidad de desnudarla y supo que tendría que parar, se suponía que el beso era una prueba, ni siquiera sabía porque lo estaba disfrutando tanto. Había logrado más de lo que pensaba y no podía arruinarlo permitiéndose sentir cosas por ella.
Era el síndrome de Estocolmo que estaba estudiando, no el de Lima.
Intento alejarse, pero ella se aferró más a él cuando vio sus intenciones.
--- Basta --- se apartó como pudo.
Ella lo miró suplicante y negó.
--- No, no pares por favor.
Y volvió a besarlo, por un momento consideró mandar todo a la mierda y hacerla suya en aquella mesa, pero la satisfacción de saber que todo aquello estaba funcionando, estaba siendo más fuerte que el deseo que sentía.
--- No --- volvió a apartarla --- Detente.
En ese momento recordó que ella estaba suelta a su merced, así que la agarro rápido del brazo, bajándola de la mesa.
--- Oye ¿Qué haces? --- preguntó confundida.
Él rio con diversión.
--- ¿Qué creías, qué por habernos besado te dejaría ir? --- preguntó mientras la ataba ágilmente a la silla --- Tuviste tu boleto para escapar de aquí y no lo aprovechaste, espera que haya una segunda vez, sí es que la hay.
Sus palabras eran crueles, pero tenía razón, fue una tonta que se dejó llevar por sus impulsos, fue débil y perdió la única oportunidad que tuvo de escapar, porque estaba segura que de ahora en adelante él no se dejaría engañar otra vez.
Y lo pero de todo era que no podía dejar de pensar en sus labios sobre los de ella, sus manos en su cuerpo apretándola como si quisiese unírsele, podía ser tonta, hasta ingenua, pero lo que no era, era estúpida, fue algo más que deseo.
Luego que terminó de atarla, se dio la vuelta y se fue sin decir nada, dejándola confundida y enojada, habían pasado muchas cosas en pocos minutos.
¿Que pasaría de ahora en adelante?.
Ellien había cruzado las puertas de la bodega como alma que llevaba el diablo, escribió un breve mensaje a sus amigos por el grupo de WhatsApp diciendo que sé verían en el departamento de Fer y Andru, en una hora.
Luego subió a su coche y se puso en marcha.
Por primera vez odiaba que aquella bodega quedara tan lejos del distrito donde residía, iba contarles a sus amigos el progreso que había tenido con Maggi, y mientras pensaba en ello, se dio cuenta de qué había algo que no habían tomado en cuenta al elaborar el plan.
Sí a los cuatro le funcionaba aquel experimento, al acabarlo, dejarían a esas personas emocionalmente inestables, más de lo que ya eran, pero no debía liarse con eso, al final de cuenta nadie ha muerto de amor.
Suspiró cuando entró a la ciudad, no pasaría por su departamento antes, se iría directo al departamento de Andru y Fer.
Antes de bajar del coche se quitó los guantes y el pasamontañas, era algo que no debía pasar por alto ni por equivocación o estaría en grabes problemas.
Llegó a la puerta del departamento la encontró sin seguro, así que la abrió, ahí dentro estaban sus amigos esperándolo, ansiosos por saber lo que quería decirles.
Tomó asiento.
--- Estaba limpiando el arma --- comenzó a decir antes de qué le preguntaran--- Y ella me dijo que quería ir al baño, yo solo me acerque y comencé a quitarle los amarres, pero entonces de la nada ella tenía la pistola en sus manos y me apuntaba.
Los ojos de Megan casi salen de sus cuencas al escuchar eso, no podía creer que le había pasado prácticamente lo mismo dos veces. No lo hacía tan estúpido.
--- Dios, mongolo deben ser--- dijo más para si misma, sabía que con Ellien no le salía --- Harás que todo se valla a la...
--- Cállate y déjame terminar de hablar--- le dijo con advertencia, Megan amedrentada por el tono que había usado, calló --- Le dije que bajara el arma, que no sabía usarla, y en ese momento ella le quito el seguro, siempre me observaba cuando limpiaba el arma, y lo hacía para aprender a usarla --- cada palabra que Megan escuchaba era peor que la anterior, ¿Para eso los había reunido allí? Para explicarles que había huido, y qué posiblemente, podrían estar a un pasó de la prisión --- Entonces le dije que lo hiciera, qué disparara, por un momento pensé que sí haría, había rabia en sus ojos, pero luego la vi dudar.... --- continuó explicándole, ellos sabían a dónde querían llegar y no podían creerlo, estaba funcionando, por lo menos con uno de ellos --- Logré quitarse el arma y de inmediato supe lo que pasaba, solo faltaba confirmarlo, así que solo la bese y ella correspondió al instante --- se tensó al recordar tan desenfrenado momento.
Los presentes lo miraron sorprendidos ante la confesión que había echo al final, aquello era una excelente noticia para ellos.
--- En buena hora--- respondió Andru al instante que Ellien terminó de hablar --- Por lo menos contigo está funcionando, Gabriela lo único que hace es recordarme todos los días cuanto me odia --- suspiro al recordar lo difícil que era la chica que había elegido.
--- Ni que lo digas --- lo secundo Fer.
Ellien miró a Megan, conociéndola sabía que tenía algo que decir, pero sorprendentemente no dijo nada.
Ella solo podía preguntarse.
¿Qué había hecho él, qué ella no?
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Estocolmo ©
Short StoryEl síndrome de Estocolmo aún es desconocido, no se saben cuales son las circunstancia exactas que llevan a una víctima a empatizar con su secuestrador. En una clase de la universidad de Oxford, los estudiantes de psicología deben realizar un proyect...