Capítulo 16.

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Tan pronto sus labios tocaron los de ella, comenzó una guerra entre ambos. Casi de inmediato se estaban devorando uno al otro, pareciera que Ellien quisiera hacerla parte de su cuerpo, por la manera tan desesperada en la que la acercaba cada vez más a sí mismo, pero no podía evitarlo, la deseaba demasiado.

Pronto la ropa comenzó a estorbar, por primera vez odiaban aquello que todos solían usar para vestirse, aunque de Maggi solo estaba vestida su parte inferior de todos modos estorbaba, en cuanto a Ellien, el tenía demasiada ropa puesta.

Con urgencia comenzaron a desnudarse, Maggi desabrocho su propio pantalón, mientras Ellien quitó su camiseta con cuidado de no terminar de retirarse el pasamontañas, como si de una obra de arte se tratase Maggie observó el pecho desnudo de Ellien.

Ya había visto sus manos y su pecho, pronto vería todo su cuerpo desnudo.

Eso era un gran avance. Pensó mientras lo acariciaba.

Ellien cerraba los ojos mientras disfrutaba de las deliciosas caricias que le brindaban las pequeñas manos de Maggi.

Cuando abrió los ojos ella se encontraba mirándolo fijamente, aquello fue como si le gritase con los ojos que terminara de desnudarla y eso fue lo que hizo, terminó de bajar su pantalón de un empujón, y así fue como ella quedo en ropa interior frente a el.

Luego de aquello la elevó por los aires y ella entrelazo sus piernas en las caderas de él, uniendo sus labios nuevamente, y la llevó a la mesa que estaba en aquella bodega y la sentó allí sin dejar de besarla y acariciar su piel.

Aquella era suave, como la de un niño, por lo que sus manos viajaban libre y suavemente por su espalda, llegaron a sus sujetador y aquellas traviesas manos lo desabrocharon.

Ya había visto sus pechos antes, pero no podía dejar de admirar los perfectos que eran.

Se apoderó de uno mientras con su mano atendía al otro, su acompañante abajo amenazaba con salirse del bóxer, necesitaba atención rápido y Maggi no dudo en dársela, comenzó acariciarlo por encima de la tela y Ellien gimió demostrando el placer que sentía.

Era grande, sus manos no tanto, pero se las apañaba para hacerlo y al parecer lo hacía bien, porque Ellien no paraba de gemir.

No aguantaba más, dejo sus pechos a un lado y en un movimiento rápido la bajo de la mesa, la recostó boca abajo en ésta, no tenía tiempo, ni paciencia para quitar sus bragas, así que solo las hizo a un lado, sacó su pene, lo ubicó en la entrada bastante húmeda de Maggi y no dudo en penetrarla .

Maggi gimió de dolor, no era virgen, pero nunca había estado con alguien que lo tuviera de su tamaño, en sus manos lo sintió grande, pero no era nada comparado con cómo se sentía dentro de ella.

Dios, era enorme.

No le dio tiempo a acostumbrara, comenzó a moverse al momento y ella sentía que la partía en dos, pero debía admitir que le gustaba esa mezcla de dolor y placer, le gustaba escucharlo gemir como un animal buscando saciarse.

Subió una de sus piernas en la mesa y sintió que moría al sentirlo tan suave, nunca había experimentado aquella estrechez, y era fascinante.

--- Repítelo --- dijo él entre gemidos al oído de ella.

--- ¿Qué quieres que repita? --- ella también gimió al sentir como su coño goteaba en sus piernas.

--- Sabes muy bien --- le dio una estocada que la hizo arquearse --- Dilo.

--- Me gustas--- dijo sin tener una idea de cuanto lo complacía escuchar aquello.

Aquellas palabras lo volvieron más salvaje aún, quería llegar hasta lo más profundo de ella teniendo en cuenta que desde la primera estocada ya había llegado.

No le importaba el proyecto, no le importaba Megan, no le importaba Fer, no le importaba Andru, no le importaba nada, solo era el, follando a Maggi en aquella mesa.

Le excitaba follarla con las bragas puestas, pero le estaban estorbando, de un tiro las arrancó y volvió a sentarla en la mesa, el también terminó de retirar su bóxer y volvió a penetrarla mientras Maggi se mojaba más de lo que ya estaba al ver su cuerpo totalmente desnudo, sin contar como la ponía verlo con aquel pasamontañas.

Definitivamente estaba loca. Pero no le importaba.

Aquella bodega se llenó de un cántico compuesto por gemidos, gruñidos y obscenidades, que para ellos era celestial.

Ella no tenía que pedirle más, él ya se lo daba todo, su cuerpo también lo pedía. Sus estocadas se volvieron más violentas y lo supo, iba a correrse.

--- Hazlo --- le susurro al oído --- Córrete.

Y así lo hizo, se corrió inundándola por completo, sentir aquel líquido caliente fue el detonante de su orgasmo, se contrajo alrededor de el, haciendo aún más placenteros sus últimos segundos de orgasmo.

--- Dios --- gritó ella mientras se mantenía pegada el con un fuerte agarre alrededor de su cuello.

Había sido maravilloso, el mejor sexo de su vida.

Él dejó un beso en sus labios y se alejó dejándola con una sensación de vacío, lo vio ponerse el bóxer mientras seguía sentada en aquella mesa, y por primera vez pensó en lo que acababan de hacer.

¿Qué pasará ahora? Él había dicho que también sentía cosas por ella ¿La dejaría ir?

--- No te irás --- dijo mientras se ponía el pantalón. Ahí está tu respuesta, se dijo a sí misma --- Pero ya no estarás atada, no intentes salir de aquí, porque tendré que hacer algo que no quiero.

Lo vio colocarse la camiseta y se bajo de la mesa. La desnudez de ella lo distrajo y se acercó nuevamente, se apoderó de sus labios por unos segundos y luego volvió a alejarse.

--- ¿Por qué? --- cuestionó ella en un susurro y junto sus frentes --- No quiero estar aquí, quiero salir, estar...

--- No saldrás --- dijo en un tono autoritario, había avanzado bastante, pero aún no tenía la respuesta a todas sus preguntas --- Por lo menos, no por ahora, además si te dejo ir tendre que alejarme y no queremos eso ¿verdad?

Ella levantó la cabeza para verlo y negó, a su lado se sentía bien, no quería que aquello, fuese lo que fuese, terminara.

--- Prométeme que algún día saldré de aquí sin condiciones --- él vio sus ojos brillar y no pudo evitar asentir.

--- Lo prometo --- respondió e--- Pero ahora vístete --- se alejó de ella y fue hasta su mochila, sacó una sudadera que siempre cargaba de repuesto y se la tendió --- Mañana te traeré algo más --- ella asintió --- Adiós --- se acercó y dejo un casto beso en sus labios.

Luego se alejó y caminó hasta afuera de la bodega, estaba satisfecho, no solo porque todo estaba marcando bien, por lo menos para el, también porque había hecho de todo, menos mentir en lo que dijo.

Le importaba una mierda que estuviera haciendo todo lo contrario al plan, lo estaba haciendo a su manera y estaba funcionando.

Además, ya no quedaba nada de aquel plan.





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Estocolmo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora