Un dolor intenso provoca que abra los ojos y vea una silueta femenina inclinada sobre mí curando la herida. Trato de apartarme pero la mujer me lo impide. Miro a mi alrededor encontrándome con paredes de piedras al igual que el techo. ¿Dónde estoy? El miedo no tarda en llegar provocando que se me altere la respiración.—¿Dónde estoy? —Vuelvo a intentar apartarme de ella, lo único que consigo es que la herida se vuelva a abrir.
—No se mueva, señorita, su herida aún no cierra. —Posa sus manos en mis hombros.
—No me toque. —Un gemido de dolor escapa de mis labios cuando me remuevo bajo su tacto—. ¿Dónde estoy?
—Se encuentra en el palacio Escarlata, señorita. Yo soy Etania, la enfermera personal del príncipe. —Camina hasta un carrito del que toma un frasco y vuelve a mí—. Ahora le untaré esta pomada que ayudará a que su herida cicatrice más rápido.
¿El palacio Escarlata? ¿Qué es eso? ¿Príncipe, dijo? Y lo más importante de todo... ¿Por qué estoy en este lugar y cómo llegué?
La miro con recelo cuando estira su brazo hacia mí. Etania se da cuenta y sonríe para tratar de tranquilizarme, cosa que funciona muy poco.
—Tranquila, no le haré daño. —Pasa suavemente sus dedos por mi herida, al instante siento como el dolor disminuye—. ¿Cuál es su nombre? Si es que puedo preguntar.
Dudo en contestar pero lo hago:
—Kila... ¿Cuánto tiempo hace que estoy aquí? —Tengo miedo por la respuesta.
—Llegó junto con el príncipe hace tres días. —Abro los ojos al escuchar eso. <<¡¿Tres días?!>>—. Estaba en muy mal estado. Había perdido mucha sangre.
Una avalancha de recuerdos llega a mí. Esos ojos con mirada divertida apagándose a mi lado y yo sin poder hacer nada. Lateef. La mirada se me cristaliza y el pecho me duele.
No.
No.
No.
—¿Señorita, se encuentra bien? —niego mientras mis mejillas se humedecen. Esto no puede estar pasando. Etania me pasa un pañuelo que no dudo en aceptar—. Le traeré agua.
Dicho eso sale de la habitación. Lloro en silencio hasta que ella vuelve con un vaso lleno de agua que bebo. Alguien toca la puerta antes de entras, es uno de los hombres que llegó al Corazón del Bosque.
Es alto, lleva el cabello castaño muy corto y de rasgos duros.
—El príncipe quiere saber como se encuentra. —Camina hasta quedar a unos pasos de la cama. Su semblante es serio.
—Acaba de despertar, aún está débil —responde Etania tomando el vaso vacío de mis manos, para posarlo en el carrito del que tomó la pomada—. Será mejor que aún no reciba visitas.
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Elementales- El Inicio
FantasiDespués de la muerte de su madre, y de que su padre los llevará a ella y su hermano pequeño a vivir en casa de la abuela para esfumarse de sus vidas, Akilah vive circunstancias sobrenaturales poco creíbles para el resto de las personas. Deberá enfr...