Introspección. Soltar y descargar.

Valor(ate)

Valorate, porque a pesar de toda la mierda seguís acá. 

 Porque a pesar de toda la mierda lo seguís intentando.

¿Tenés idea de la fortaleza que se necesita para seguir? 

Tenés el corazón roto, tu mente hecha un lío, pero mirate.

Aprendiste.

Aprendiste que todo pasa por algo. 

Aprendiste que tarde o temprano todo vuelve. 

Aprendiste que es preferible dedicarse a uno mismo que tratar de agradar.

Tratar de que los demás sean felices siempre, 

aún cuando eso signifique hacerte mierda, es inútil. 

Inútil porque no te lleva a nada. 

Llorar lo vivido, descargar lo sentido.

Suena fácil, ¿No?

Bueno, no lo es. 

No lo es si estamos acostumbrados a escuchar 

que el que llora es débil, 

cuando es más débil quien no acepta o no enfrenta lo que siente.

Llorar no te hace débil y aguantar lo que sentís 

sin contárselo a nadie no te hace más fuerte. 

Llorar no te hace estúpido. 

Decir lo que sentís tampoco te hace exagerado. 

Es lo que sentís y punto.

¿Por qué no te valoras más? 

Valorate.

Valora tu cuerpo, que es quien te lleva 

a todos los lugares que más amas. 

Valora tu alma, porque es la que está ahí 

 para reconstruirse cuando la golpean. 

Valora tu corazón, quien siempre está tratando de animarte, 

tratando de hacerte feliz y ayudar a quienes querés.

Valorate, carajo. 

Valora cada parte de tu cuerpo. 

Valora cada parte de tu alma. 

Valora todos los procesos por los que pasas. 

Esos procesos que te sirven para cambiar. 

Valora tus cambios, las cosas pequeñas que haces, 

como por ejemplo la forma en la que 

achinas los ojos cuando sonreís.

Valora tu cuerpo, valora tus sentimientos, valora tu ser. 

Al final del día es quien siempre está con vos 

tratando de no herirte 

y sanando las heridas ya presentes.