Harry no puede creer que por fin ha llegado el día.
Después de tantos meses por fin le han dado el descanso que ha solicitado en su trabajo, lo cual significa que cada vez está más cerca de conocer al cachorro.
Lo primero que hace al llegar a casa es quitarse los zapatos y buscar a su omega por todos lados, sin embargo, la casa está vacía. No hay ninguna nota, algún mensaje en su celular o alguna señal que lo ayude a decifrar donde se ha metido.
No quiere ser escandaloso ni demasiado intenso aún si está confundido porque Louis nunca sale sin dejarle un mensaje, así que decide solo enviar un "llegué a casa" y ponerse ropa cómoda.
Las horas pasan, Louis no responde y él está un poco (muy) desesperado en realidad. Sabe que todo está bien porque el lazo lo hace sentir la tranquilidad de su gemelo, pero él es demasiado desesperado como para no insistir al menos con otros dos mensajes, no hay nada.
Incluso ha marcado a su madre y a Jay, tal vez ellas saben algo; lamentablemente ninguna de las dos le da mucha información. Ni siquiera Zayn, el mejor amigo de Louis sabe. Nadie sabe nada.
Es hasta alrededor de las ocho de la noche que Louis aparece por la puerta principal.
"¡Louis!" Llama apenas escucha su risa cantarina. Inmediatamente corre hacia él para examinar su rostro en busca de una herida. "¿Estás bien? ¿Dónde estabas? ¿Por qué no respondes? ¡Me has dado un susto de muerte!" Regañó tomándolo de las mejillas.
"Tranquilo, Hazz, estoy bien. Es solo que salí a hacer las compras." Trato de alejarse un poco para poder quitarse todos los abrigos que lleva encima, sin embargo, Harry no cede.
"¿Y ni un maldito mensaje pudiste responderme?" Frunce el ceño claramente molesto.
"¡Me quedé sin pila!" Tomlinson se defiende quitándose los zapatos.
"¿Sabes el susto que me he llevado? Por lo menos podrías decírmelo..." Aún si estaba molesto optó por ayudarlo a quitarse todos los suéteres.
"Ya, lo siento, ¿Vale? Salí por compras y lo olvidé totalmente, yo también me aburro de estar aquí sin hacer mucho." Se quejó alejándose un poco más de Styles.
"Lo sé, mi amor, solo avísame por favor." Su tono de voz fue mucho más dulce, al menos el enojo parecía haber desaparecido. "Yo me vuelvo loco si algo les pasa, no importa a dónde o con quien vayas, solo dímelo y al menos así sabré que estás bien." Dejó un beso en la frente del omega, quién ronroneo suave feliz de tener a su alfa cerca.
"Mmm... Te extrañé mucho, Hazz." Lo atrajo hacia él lo más cerca que su barriga se lo permitió. "Cada día te necesito más cerca."
"Lo cual es excelente porque me han dado el descanso." Confesó Harry con una sonrisa en el rostro. "Tendrás que soportarme tres meses continuos."
"Bueno, al menos me olvidaré de limpiar pañales esos tres meses." Se burló Louis, el rizado gruñó bajito.
"Tú vas a cambiarlo." Juntos caminaron hasta la sala de estar, sentándose frente a la chimenea que horas atrás el mayor había prendido.
"Oh no, ya lo cargue yo ocho meses. Te toca cambiarlo y bañarlo, ah, y dormirlo." Enumero el ojiazul.
"¡Ja! ¿Y tú qué planeas hacer, princeso?" Harry fingió indignación.
"Pues darle de comer, bobo, tengo que bajar estas cosas." Señaló los pequeños pechos que durante el embarazo le habían crecido, solo lo suficiente para poder amamantar a su bebé.
"Venga que yo puedo ayudarte de una vez." Guiñó el ojiverde acomodándose poco a poco sobre el cuerpo más pequeño, Louis carcajeo.
"Seguro, no te sacrifiques tanto." Aunque su tono fue sarcástico permitió que su esposo levantara su camiseta hasta desaparecerla.
"Ya sabes que me gusta ayudar, tesoro." Presionó húmedos besos en la lechosa piel del omega, desde el cuello hasta el vientre, donde se tomó unos segundos de pausa. "Mami y yo tendremos un poco de diversión, ¿Puedes dormir, por favor? Lo que vas a escuchar posiblemente no sea de tu agrado."
Fue un murmuro suave y bajito, sin embargo, hizo que Louis estallara en más risas totalmente enternecido por lo dulce y educado que era Harry con su bebé.
