-Capitulo trece-

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Tres días después:

Estoy terminando de empacar, pues me iría tres días de viaje con Jaden y su familia, iremos a Pismo Beach, son las cinco con veinte minutos de la mañana, yo me levanté a la cinco de la mañana, apenas me levante me fui a bañar, tome un pantalón de algodón a la cintura, color capuchino con una blusa corta de tirantes blanca. Jaden sigue dormido, este chico no se despierta por nada del mundo, se puede estar quemando la casa pero él sigue dormido.

Cuando cerré mi pequeña maleta, la cual ya tenía lista solo agregué una que otras cosas esenciales para mi, como mi cargador, desodorante -una vez que ya me puse-, perfume -igual después de ponerme-, mi cepillo de dientes y de cabello, mi bolsa de maquillaje -ya que hoy no me maquillaría-, entre otras cosas.

Me puse calcetas, para después ponerme mis Air Force 1 completamente blancos. Mire mi teléfono, 5:20 a.m., es cuando decidí despertar a Jaden.

—Jaden—dije en voz para que escuchara mientras lo movía un poco.

—Jaden—seguía moviéndolo. El solo gruñía mientras se giraba dándome la espalda, reí bajo—¡Jaden!—grite susurrando.

Él abrió un poco los ojos y me vio—¿Que hora es?

—Cinco veinte—abrió sus ojos como platos—Y debemos irnos a las seis.

Este era el plan: Jaden se quedaría a dormir conmigo para el día siguiente -ósea hoy- yo irme con él a las cinco y media, para salir de la casa de la abuela de Jaden a las seis en punto. Son dos horas con treinta y cuatro minutos para llegar a Pismo.

—¿Ya estás lista?—dice con voz ronca, mientras se quita las lagañas.

—Si, ya termine de guardar las últimas cosas—el bosteza y un segundo después yo bostezo.

Se estira un poco y me abraza para dejarse caer así yo quedar encima de él mientras nos abrazamos, me rio un poco y levanto mi cara.

—Hay que irnos, son diez minutos para llegar a la casa de tu abuela—acaricio su cara.

—Solo si me das un beso—hace boca de pato.

Me reí y me acerque a él, pero cuando nuestros labios se iban a juntar le di un beso en la comisura de sus labios. El gruñó.

—No dijiste donde—me levante y tome su mano para levantarlo—Debemos irnos.

—Está bien—se levanto y tomo mi pequeña maleta, salió de mi cuarto, cuando iba a salir de mi cuarto verifique que no me faltara nada, vi la mesa de noche a lado de mi cama, estaba el teléfono de Jaden, reí y camine hacia el, lo tome y ahora si salí del cuarto, pase el pasillo.

Jaden se estaba durmiendo en el sillón individual, aclare mi garganta y abrió los ojos. Se escucharon pasos por el pasillo y giré mi mirada hacia las personas, mis padres.

Ambos me abrazaron y dijeron—Cuídate, te amamos.

—Yo también los amo—dije todavía juntos, me separé de sus brazos pero no me soltaban—Nos tenemos que ir, se nos hará tarde.

—Te amamos hija—dicen para separarse, mi papá mira a Jaden y habla—Cuídala con tu vida Jaden.

—Siempre—se acerca y me abraza por los hombros.

Mi padre asiente y nosotros salimos, Jaden deja mi maleta en los asientos traseros, para después abrirme la puerta de copiloto, me despido agitando la mano al aire despidiéndome de mis padres, otra vez.

Me subo de copiloto y Jaden cierra la puerta, él también se despide y sube de conductor, prende el motor y deja que se caliente un poco, ¿que si voy nerviosa? Si y no se por que, bueno tal vez si, es mi primer viaje con algún chico, en el plan de ser algo más. El último novio que tuve nunca me llevo de viaje con el, aparte de que era demasiado tóxico. Jaden por fin acelera y mientras él maneja junto nuestras manos.

𝙇𝘼 𝘿𝙄𝙎𝙏𝘼𝙉𝘾𝙄𝘼       𝐽-𝐻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora