FUGITIVA Vegebul [Libro 2]

6. Fragmentos espejados.

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Advertencia este capítulo describe escenas no apta para menores o personas sensibles. Se tocarán temas muy controversiales, recomiendo discreción. Si no les agradan las historias morbosas o con contenido adulto favor de no seguir leyendo. No se hace apología de ningún delito. Es una historia ficticia sin ánimo de ofender a nadie. Si continúan leyendo lo hacen bajo su propia responsabilidad.
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Amber. Enero de 2009

Un día me avisaron que debía estar con Freezer. Me resultó divertido que quiera estar con una mujer, cuando sabemos que su debilidad es mi Vegeta.

Golpeé la puerta de su habitación y pregunté:
—¿Me llamo señor?

Estaba sentado en el bar de la habitación e hizo un gesto con su mano para que ingrese. —Así es. Quiero que me traigas a Melissa, ella es sumisa cómo a mi me gusta. Quiero tener el control contigo.—Sus ojos se iluminaron con malicia.

—Lo que ordene señor. Pero permítame ponerme cómoda en el baño.

Melissa era el nombre que me había impuesto el Emperador. Luego de meses de condicionamiento con torturas, drogas y castigos, había aprendido a llamarla, solo tenía que drogarme y con algo de calma ella tendría el control.

Melissa
—¡Papi!—Dijo con alegría mi alter sumiso, vestida con ropa infantil pero de mi talla.

Freezer se acercó hasta donde yo estaba, me tomó de la mano y me hizo girar en el lugar, mientras mi falda se movía.—Pero si es mí belleza escultural, Melissa ¿De verdad eres tu?

—Si. Vine a pasar tiempo contigo papi.

—Mandé comprarte ropa nueva. Ve a buscarla está sobre la cama.—Señaló con su dedo hacia una montaña de bolsas con regalos.

Corrí con entusiasmo hacia su cama.—¿Todo esto es para mí? —pregunté mientras revisaba los regalos.

El sonreía y se sirvió más vino. —Por supuesto, fuiste una niña buena con papi. Y por eso te traje regalos.

Tomé las bolsas contra mi y pregunté: —¿Puedo llevarlos a mí habitación cuando terminemos?

Él se acerco hasta la cama donde yo estaba y acarició mi cabello.—Claro que si. Todo eso es tuyo. De nadie mas.

Lo miré a los ojos y dije con sinceridad:—Las demás chicas tienen celos de mí. No quiero que me los roben. ¿Quieres jugar conmigo papi?

—Si. Quiero que te disfraces y juguemos a caperucita y el lobo.—Me hizo cosquillas un poco bruscas.

—¡Siii! Me encanta ser tu presa. Pero no seas brusco papi. El otro día me hiciste daño.—Bajé la mirada recordando ese día.

—Lamento eso. No quise lastimarte. Te pido perdón.—Continuó acariciando mi cabello.

—Está bien. Te perdono. Pero que no se vuelva a repetir. Porque me das miedo.

—No quiero que tengas miedo de mí. Es solo que, me dan celos de Vegeta. Cuando estás con él eres diferente que conmigo. Se ven demasiado hermosos juntos, y pues, me deje llevar.

Me senté en sus piernas, reposé la cabeza en su hombro y le susurré: —¿Te cuento algo?

—Claro. Dime gatita.

—En mí cabeza somos 3. Bulma, la que llora todo el tiempo, Amber la que es nuestra hermana mayor, y yo Melissa, la mas pequeña. No debes sentir celos de Vegeta porque yo no estoy enamorada de él. Es Amber la que está loca por él. Yo soy tuya papi. Nací para complacerte.