FUGITIVA Vegebul [Libro 2]

4. Pesadilla Recurrente

Bulma.  Febrero de 2008.
22 Hs.

Comí, me duche y esperé por horas, hasta que Vegeta apareció. Llegó con un ojo morado y su labio partido.

—¿Que te sucedió?—pregunté mientras lo veía con horror y lo ayudaba a llegar hasta la cama.

—No es nada. Solo una mala noche. Gajes del oficio.—Respondió.

—¿Fue el emperador verdad?

—Si. Es muy celoso. Pero fue mi culpa no volverá a suceder.

Intentó quitarse las zapatillas pero el dolor se lo impidió. Me apresuré a asistirlo. —¿Porque dices que fue tu culpa?—Lancé su calzado al otro lado de la habitación.

—Me extralimité, le pedí demasiado y no cumplí mi parte.

—¿Que le pediste?—Por mí mente se dibujaban cientos de escenarios aterradores.

—Que me dejara estar contigo.—Concluyó.

—Eso es muy dulce.

—Si. Pero no debí exigir tanto. Me concentré en ti, y no fui a visitarlo. ¡Agghh! Creo que me rompió una costilla.—Tuvo que recostarse para soportar el dolor.

—¡Oh no! Debes ver a un doctor, deja al menos que  cure tu rostro.—Le dije mientras me dirigía al baño en busca de algunos apósitos y desinfectante.

—Me lo merezco.— Decía él desde la cama. —Iré al infierno por las cosas que hago.

—Claro que no. Ellos te obligan. No tienes elección.—Preparé un algodón con un poco de desinfectante para limpiar su rostro.

—Contigo fue diferente.—Siguió.—Yo me ofrecí. Creí que soportaría. Lo siento.

—No te disculpes. Al menos estamos juntos.—Curé su rostro con sumo cuidado y preocupación.

Él tomó mí mano libre y la besó con ternura.—Desearía poder sacarte de este lugar.

—Mientras estemos juntos no me importa estar aquí.

Curé sus heridas y nos recostamos juntos. En ese instante entró Zarbon esperando que yo lo atendiera. —Ella me pertenece por esta noche.—Exigió.

Vegeta que aún estaba adolorido se incorporó y le hizo frente—Debes tratarla con cuidado o hablaré con el emperador.

—Sabes que él no me asusta. Me follaré a la mujer que yo desee.

Vegeta perdió la paciencia, lo tomó de su ropa y lo amenazó—Si no la tratas con cuidado te prometo que le diré al emperador que estuviste conmigo y esa será tu sentencia de muerte. ¿Lo sabes no?

Zarbon vió que hablaba en serio y se preocupó —Por favor no me delates. Te prometo que seré gentil con ella.—Prometió.

—No quiero encontrarle ninguna marca en su cuerpo. La revisaré por completo.—Aseguró.

—La trataré bien, te lo juro.

En ese momento Vegeta se giró hacia donde yo estaba y me habló. —De acuerdo Bulma, ve con él, si te hace daño se las verá conmigo.

Me preocupaban sus heridas, oculté mi desagrado para darle tranquilidad.
—Descuida estaré bien. Tu descansa, en un rato regreso.

Encontré la forma de soportar los abusos llevando mi mente a un lugar feliz. Mientras pasaba las noches con esos sujetos ponía mi mente en blanco y recordaba las vacaciones que pasaba con mis padres. Al principio fue duro pero con el correr de los meses dejó de importarme. Fue ahí donde surgió Amber y Melissa.