Capítulo 4.

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Me quede sentada por no se cuanto tiempo, pero si segura de que no era el suficiente para recuperar todas mis energías perdidas.
Con dificultad me levanté del suelo y sacudí el polvo de mi pantalón y las comisuras de mi blusa.
Inútilmente trate de recordar el camino donde había abandonado mis maletas; las necesitaba, no podía vivir sin mi ropa. La mayoría de ellas eran recuerdos de mi difunta madre. 

Esencial para mi vida.

Abordada por la resignación dirigí mis pasos hacia la calle más iluminada a mi vista.
Necesitaba encontrar un taxi y apresurarme a llegar a la dirección que me había señalado mi padre y que por seguridad la anote en mi libreta, mi memoria ya no era incondicional como antes.

Con la vista intenté encontrar algún centro público donde pudiera encontrar un taxi pero a estas altas horas de la noche era obvio que no hallaría alguno.
En este instante agradecí no tener que cargar mis maletas; me esperaba una larga noche por delante.


§


A continuación de dos o quizás tres horas de caminata sin rumbo - mi teléfono se había ido junto con mis maletas- encontré un bar de mala noche en la esquina.

Como no me quedaba otra opción más que adentrarme al lugar, perezosamente arrastre todo mi peso soportado por mis pies a la entrada del lugar. 

La gente bailaba contoneándose de una manera que era preferible guardarla para la habitación y no empeñarla en plena vista de la gente; pero al parecer era la única que lo veía de esa forma pues todos se hallaban augusto manoseándose.
Las luces me cegaron la vista y obligada me moví entre la gente para llegar al....... bueno debía haber alguien aquí que se hiciera cargo del lugar.

Y entonces poder salir lo más pronto de ahí y largarme a casa de Trisha –la amiga de mi padre- a pasar una relajante noche o lo que quedaba de ella.

Could you give me another chance? | h.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora