Capítulo 5.

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-Entre la multitud divise un cuerpo conocido, pero en aquel instante no lograba recordar a quién le pertenecía y el no ver su rostro, no hacia más fáciles las cosas.

Una pesada mano se poso en mi cintura subiendo al ritmo de la música hasta llegar a los bordes de mi blusa.

Antes de que lograra lo que se proponía voltee lista para lanzarle una cachetada - quizás creía que podía hacerle eso a cada puta que se hallaba en este lugar, pero para su mala suerte yo no era una de ellas. 

En el instante en que gire sobre mis talones y encontrarme con su rostro; mi brazo se quedó paralizado en el aire. 

Eché una mirada fugaz al lugar donde hace unos segundos atrás se hallaba el hombre que se me hacia conocido y ahora se hallaba con la mirada fija en mi.

Eran ellos. Eran los que estuvieron a punto de aprovecharse de mi está noche. El que tenía su brazo alrededor de mi cintura era el que me había ayudado a escapar de ellos - quizás todo lo habían planeado, quizás ellos sabían que llegaría hasta aquí y eso les facilitaría lo que quién sabe que querían hacer conmigo.

-Mira a quién tenemos aquí Drake- musito cínicamente uno de los dos que se hallaba al lado del que para mi gusto era el más intimidan te y ahora no separaba su vista de mi.

-Tu intento de superhéroe no funcionó, James- dijo Drake refiriéndose al que me hacia salvado. Tal vez él lo había echo con la verdadera intención de ayudarme y no formaba parte del supuesto macabro plan que imagine.

-James sólo se limito a lanzar un gruñido amenazante pero nadie se inmuto.

Intenté zafarme de su agarré pero este era fuerte y decisivo. 

-¿Que estas esperando?- gruño Drake.- ¿Acaso la quieres para ti sólo? pues deberías haberlo dicho antes, sé que no tienes un buen polvo desde hace bastante tiempo. 

-La quiero para mi sólo, está vez no será un trío ni nada de eso- apretó más su agarré- y es una orden- 

-Así que él es el jefe -pensé- cualquiera hubiera pensado lo mismo que yo. Que Drake era el que estaba al mando.

-Sus órdenes son órdenes- musitaron al unísono haciendo una especie de saludo militar; y entonces cada uno se marchó diferentes direcciones como si nada hubiera ocurrido.

Recién en Aquel instante me di cuenta del peligro en el que me hallaba, no era ingenua para no sobrentender lo que planeaba hacer conmigo.

-Eres una idiota- susurro en mi oído.-

Intenté escapar pero como sucedió antes él era mil veces más fuerte. 

-No estas en la mejor posición para intentar eso, hermosa- y comenzó a moverse junto conmigo entre sus brazos en dirección a la salida. 

Could you give me another chance? | h.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora