Regina Cruz Peréz

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Monterrey, México; año 2009

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Monterrey, México; año 2009.

Muchas veces, las personas no comprenden la gravedad de un problema hasta que pasan por ello, incluso puede que ni así logren entenderlo...

Regina entró a la casa de sus padres, suele visitarlos cada fin de semana, y claro, cuando la universidad le permite, ya que ellos están envejeciendo y siente la necesidad de cuidarlos.

Llamó a su papá, quién le dijo que estaba en el patio trasero, así que fue allí, encontrándolo haciendo lo que parece ser un mueble. Hizo una cara como si fuera a "regañarlo".

ㅡHola, ¿cómo te ha ido?ㅡ.

ㅡBienㅡrespondióㅡpapá, ¿qué te he dicho de seguir trabajando? Ya deberían jubilarseㅡ.

ㅡ¿Jubilarme? No, yo todavía me siento bien, seré viejo pero estoy más sano que muchos de tu edadㅡ.

ㅡAy papáㅡrióㅡsólo vine a dejarles la despensa, tengo mucho que hacer, luego nos vemosㅡse despidió, sin preguntar por su madre, asumió que se fue a trabajar en el puesto, es igual de terca que su marido.

Durante el camino a dónde vive, estuvo viendo varios carteles pegados en los postes de luz, la gran mayoría eran de personas desaparecidas, cosa que, por desgracia, sucede todos los días, al grado de que la gente ya lo ve como algo normal y lidian con ello, no le toman tanta importancia, pues quienes quieren hacerlo terminan "yéndose sin dejar rastro".

Cómo muchos otros, ella siempre camina con cierto temor por más pequeño que sea, aunque intenta no prestarle tanta atención, pues al final, vivir con miedo no sirve de nada, sólo queda esperar a tener algo de suerte y llegar en una pieza a casa.

Sacó las llaves, notando de inmediato que las luces estaban encendidas, supo que era Mariana, su amiga, ya que Sergio suele salir del trabajo un poco más tarde y apenas eran las seis de la tarde. Abrió la puerta y apenas entró se quitó los tacones, siempre le ha gustado usarlos pero la cansan bastante.

ㅡ¡Hola!ㅡSaludó la otra chicaㅡte tengo buenas noticias, lo encontré cuando estaba limpiandoㅡentregó una especie de "libro" que sólo decía "photo album" en la portada, un poco lleno de polvo y un color marrón chocolate.

Ella sonrió y lo recibió, desde que tiene memoria ese pedazo lleno de papel ha sido muy importante, ¿la razón? Ahí se conservaron todas las fotos de su abuela; la señora Giselle García, quién fue una mujer afroamericana con cierta influencia en donde vivió, cuando Regina era niña y su mamá le enseñaba el álbum, admiró la moda tan bonita que había en los años cincuenta, en especial por como Giselle le daba un toque bello, elegante y único.

En la adolescencia, esa misma admiración la orilló a vestir como su difunta abuela, con el mismo estilo, aunque no creyó haberlo hecho tan bien, fue una estética que le sentó de maravilla, además de ayudarla a sentirse un poco mejor, en especial con su color de piel, no se suele mencionar el hecho de que tener la tez más oscura que el promedio en México, a veces podía ser un tanto difícil.

Ghostverse (I): Todos Tenemos Una HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora