P R Ó L O G O

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 Llevo meses sin saber qué carajo escribir, estamos en cuarentena y ya perdí la cuenta de cuántos putos días y kilos llevo.

Tenía un libro en marcha que se fue a la mierda por falta de verbo, experiencias. No sé, y solo se quedó ahí, un intento más de proyecto como muchos otros que tengo a la deriva desde que tenía 14 años.

Quería darle al mundo un poco más de mí, un poco más de lo profundo y más oscuro para que todos sintieran que hay apoyo aunque no me conozcan y que sepan que no están solos en su lucha interna.

Se suponía que estos días de confinamiento me ayudarían a conocerme un poco más, pero no he logrado un carajo, sigo siendo el mismo que siempre se contradice, que actúa conforme la situación y bajo opinión ajena, porque siempre ha valido más un argumento estructurado de la manera más estúpida posible que uno armado con seriedad tratando de abarcar lo suficiente para saber que tienes fundamento, pero al final no sigo lo correcto y es una forma de fallarme a mí mismo y a mis "ideales", que más que seguirlos solo los recomiendo a las personas y no los sigo, ¿por qué? Porque no me funcionan y quizás a alguien sí.

No me sale más escribir sobre corazones rotos pero obviamente encontrarán capítulos sobre eso, pero, quizás de auto desprecio sí me sal aún más natural. Y me desprecio tanto por no haber tenido, coraje, valor, cabeza, o lo que sea, para acabar un libro que me haría estar un puto paso más adelante de lograr publicar algo propio. Enamorar a las personas con mi realidad y no con historias para tratar de mostrar lo que me habría gustado que pasara, pero no es ni será así.

La vida te da lo que mereces aunque parezca injusto.

Ahora mismo la vida me está dando de qué hablar sobre la computadora, pensar un tema y tratar de forzarlo para que se vea bien, es fallarte a ti y sobre todo a tu arte. Hay qué buscar siempre ser original sin miedo al rechazo, que le jodan al rechazo, al final, mientras te llene a ti, no hay nada más que necesites. Quien te ame por cómo eres, es lo único que vale al final.

No sé a qué quiero llegar con esto, pero no me importa, simplemente quiero sacar todo, porque más allá de acomplejarme por situaciones amorosas, detrás de todo eso, hay cosas que pocos saben, y que algunos se dieron cuenta.

Escribir es algo que me llena desde hace un poco más de una década y contaré mi historia sobre aquellos días en los que comenzaba a escribir.

Contradecirse, es un tema común entre nosotros, que, puede adoptar otros títulos, como puede ser hipocresía, cinismo, doble moral. Pero esto a mí se me hace algo muy estúpido. Cada quién es libre de decidir lo que quiere hacer o pensar. Pero, mientras sea socialmente aceptado.

Es algo complejo de detallar, pero, haré lo posible por contar mis contradicciones, no explicaré por qué ninguna. Y seré de lo más cínico posible, pues, no están para juzgar y ni yo para juzgarlos.

Como en todo y para todo, hay dos lados, y no me pueden decir que no pensaron en alguna de las dos caras de la moneda, en decidir sobre qué lado del papel escribir. Guiarse por lo común, es sumamente trillado y aceptado por aquellos que tienen la mente cerrada por temer al cambio y a salir de una zona donde todo es monótono.

Redactar cada una de estas líneas para mí es fácil, y no mentiré diciendo que no. Cuando he forzado algún tema, claro que es complicado, porque lo que te gusta o te hace feliz, no te cuesta, sabes que hay esfuerzo pero no sientes el desgaste, esa es la diferencia entre lo que iba a ser este libro y de lo que es ahora.

Ser juzgado por decir lo que piensas es sumamente mal visto, ¿por qué? Porque muchos de nosotros hemos sido educados a base de miedo, y que si alzas la voz en contra de todo lo que está mal, puedes salir herido, de cualquier manera posible, y como ya dije, seré cínico y muy crudo en cada uno de los capítulos que leerán. Pero, todo tendrá un propósito cuando lleguen al epílogo.

Primero que nada, ¿por qué falló la creación original de esta tercera parte?

Bueno, la respuesta la contaré en el transcurso de estas líneas llenas de quejas.

CONTRADICCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora