CONTRADICCIÓN

M E N T I R A

Lo más común y fácil de hacer.

Todos hemos mentido alguna vez, desde la mentira más piadosa e inocente hasta una muy grande. Mentir es de inteligentes, lo reconozco, pero también es de cobardes. Algunas veces previene errores, previene catástrofes. A veces es un arte y un placer.

Ocultar la verdad a base de mentiras por un bien común o propio, es bastante frecuente, pues gran parte de la vida humana hace eso. ¿Por qué? Por mero beneficio propio, por egoísmo y narcisismo.

Si hay algún problema que te pueda perjudicar, ¿qué haces? Mientes. Evades los hechos, te ocultas. Todo por miedo a afrontar las consecuencias.

Mentimos para tener oportunidades, para quedar bien, para dar lástima, y que nos traten de compensar con más lástima.

Todos hemos cometido este error más de una vez, y la razón por la que lo hacemos constantemente es para protegernos de una realidad que sin importar qué digamos, está presente, las usamos con tal de hacer más amena nuestra estadía en este mundo tratando de saber qué hacer día tras día.

Hay muchos, como yo, que están donde siempre han merecido estar, pero sin saber cómo actuar.

Le mentimos a las personas, a nosotros mismos, incluso a la vida por no aceptar ni estar de acuerdo en lo que merecemos.

Mentir es evadir, así de simple.

Hemos mentido por amor, por egoísmo, por miedo, por enojo.

Conocemos el precio de la verdad, pero no el precio de la mentira, y lamentablemente es un precio aún más caro. Todo tiene un fin, todo, por muy eterno que sea, las consecuencias de cada acto y palabra, debemos aceptarlos, debemos estar conscientes y preparados de cada una de las cosas que suceden y no sorprendernos de nada.

Mentir es decir cosas sin sentir, o deseando sentirlas. Decir que quieres a alguien, pero no lo sientes, es mentir. Así sucesivamente por todo.

Prefiero mil veces ser directo, certero, antes de dibujar sonrisas con engaños en personas que se supone me importan...

Porque el precio de la mentira es la confianza.