O T O Ñ O

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Una tranquila tarde de otoño, mientras el aire azotaba los árboles y se escurría entre las hojas, la música en mi teléfono sonaba y le hacía compañía a una amiga.

Estaba recién destruida, yo sin saber cómo sostener sus pedazos, y evitar que se hicieran cada vez más pequeños.

Recordábamos a nuestros amores con botana y cervezas, entre melancolía y memorias. Entre felicidad y tristeza.

Cada palabra que salía de nuestras bocas, en lugar de formar una oración, daban a lugar preguntas, las mismas de siempre.

¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Quién? ¿Y si...? ¿Y si no...?

Las mismas sin responder...

O quizás sí la tenían, pero, estábamos mejor sin su respuesta.

Entre tantas preguntas, llegamos a una conclusión:

"La mentira es una muerte lenta mientras la verdad te mata rápido y sin dolor".

La vida no es culera, culeras son las personas que están en ella. Pero ese es su punto de vista.

Yo pienso otra cosa.

A veces, o quizás muchas veces, yo he sido el culero, el mierda en la vida de otros...

CONTRADICCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora